José Apezarena

¡Cuidado, que te estoy grabando!

La información de que, siendo ministro de Industria, José Manuel Soria grabó a altos directivos de Iberdrola, Endesa y Atresmedia, noticia publicada por El Confidencial Digital, es, en mi opinión, de una enorme gravedad.

La constatación de que un miembro del Gobierno se dedicó a registrar las conversaciones que se producían en su despacho causa, además de desconcierto, bastante inquietud. ¿Qué más ministros han practicado y practican  ahora tan peligrosa costumbre? Porque me consta que ocurre en otros ministerios.

Aunque, en materia de espionajes, el colmo fue el pinchazo al mismísimo titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, en su despacho del ministerio. Teniendo en cuenta la trascendencia y delicadeza de los asuntos que competen a ese departamento y a su titular, relacionados con asuntos de seguridad, la simple suposición de que le puedan espiar provoca escalofríos.

Graban los policías y contra policías, como ocurrió en las conversaciones con miembros del CNI que han provocado el procesamiento del 'pequeño Nicolás'.

A Alicia Sánchez Camacho le grabaron en el restaurante La Camarga, en Barcelona, cuando se entrevistaba con la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola. Al principio, se atribuyó a una agencia de detectives, que posteriormente negó cualquier vinculación.

Por descontado, graban también las grandes empresas. Tal como contó en exclusiva ECD, existen cintas de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo), entonces gobernador del Banco de España, presionando a empresas para que acudieran a la ampliación de capital de Bankia. Esa que ha sido objeto de demandas y de querellas que han terminado en condenas penales. Una cintas, por cierto, que no han salido a la luz. Por ahora.

Y, por lo que refiere al mundo periodístico, no es infrecuente, cuando se habla con alguna persona, escuchar este desolador comentario: "¡No me estarás grabando, verdad!".

Tal como yo lo analizo, la situación resulta inquietante. Por lo visto, aquí todo el mundo graba a todo el mundo. Sin que nadie, que se sepa, se haya preocupado por acabar con tales prácticas, en tantos casos ilegales.

Graban, pues, los ministros, las empresas, los policías, los detectives privados, los particulares... Y graba, por descontado, el CNI. Pero de esto último, que seguramente es lo más importante y generalizado, no nos enteramos. Ni se habla, ni se hablará. ¡Solo faltaría!

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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