Y el Gobierno tan tranquilo

Ayer fue un día de susto, por las noticias que llegaban desde los mercados, con la prima de riesgo en los 540 puntos, el bloqueo de Alemania a que las ayudas del BCE vayan directamente a los bancos… Volvía a agitarse el fantasma de la intervención…

Y, sin embargo, la impresión era que el Gobierno estaba tan tranquilo.

Es la imagen que quisieron dar en todo momento. Y lo que contaban hacia fuera es: “El problema es Grecia”. O sea, que no es España.

Aportaban, como prueba, que también las primas de riesgo de Italia y de Bélgica, están disparadas. Y es verdad.

Quizá es su obligación, aparentar tranquilidad, precisamente para no añadir llamas al incendio, pero no dejaba de resultar chocante. Había más nerviosismo entre los periodistas que entre los ministros.

Sin embargo, esa primera impresión era engañosa. Porque el presidente del Gobierno abandonó con cierta prisa el Congreso de los Diputados para encerrarse en La Moncloa e iniciar un contacto permanente con su equipo más cercano y con asesores y expertos.

Y, además, el ministro de Economía se apresuró a tomar un avión para viajar a Berlín e intentar convencer a la señora Merkel de que no bloquee el ingreso de las ayudas europeas directamente a los bancos; es decir, a Bankia.

Nunca se sabe qué es lo mejor. Si reconocer lo mal que están las cosas, pero con ello contribuir quizá a empeorarlas. O bien tratar de disimular, y que la procesión vaya por dentro, a costa de tener a los ciudadanos en la inopia.

Me temo que una duda así nunca se despejará definitivamente.