José Apezarena

Marc Gasol y otros premios inmerecidos

Los jurados que otorgan premios, sobre todo si se trata de galardones con máximo prestigio, deberían tomar algunas precauciones más, para no encontrarse con sorpresas como la que acaba de protagonizar Marc  Gasol.

El baloncestista, que ha marcado un hito deportivo al ser el primer español incluido en un quinteto ideal de la NBA norteamericana, acaba de recibir, junto con su hermano Pau, el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Pues bien, a los pocos días, en plena tormenta por los silbidos en la final de Copa, se ha descolgado con esta afirmación: "Pitar el himno es una forma de expresarse pacíficamente".

¡Hombre! Disculpar, cuando no apoyar, lo ocurrido en el Camp Nou, acaecido precisamente ante el rey Felipe VI, no parece muy apropiado en quien acaba de recibir el premio que lleva el nombre de la princesa heredera.

Aquí, seguramente alguien se ha equivocado: o el jurado otorgándole ese galardón, o Marc Gasol aceptándolo. Porque se trata de un premio que lleva el nombre, precisamente, de la heredera del trono de una nación llamada España, de la que quieren segregarse algunos catalanes, y cuyo himno nacional y cuya bandera fueron abucheados días atrás en Barcelona, algo que Marc Gasol disculpa, cuando no sostiene.

No tengo nada, al contrario, contra la carrera deportiva del pequeño de los Gasol, que me parece espectacular: es un enorme jugador de baloncesto. Nada, por supuesto, contra su persona, ni incluso contra sus ideas. Por así decirlo, allá él. Lo que critico es que la hayan concedido un premio patrocinado precisamente por la Princesa de Asturias.

Lo de que los jurados tengan más cuidado, posiblemente debería aplicarse a quienes concedieron el Cervantes a Juan Goytisolo. Porque, en casos así, la calidad literaria no constituye el único baremo. Tendrían que fijarse igualmente en el perfil del premiado, e incluso en que el beneficiado lo valore y agradezca. No vaya a ser que no dé importancia a la distinción. O que no la merezca por otros conceptos.

En el caso del Cervantes, el día de la entrega, también en presencia de los reyes, asistimos al espectáculo de escuchar al premiado lanzar un discurso propio de un ‘indignado’, y reivindicar expresamente al nuevo partido de Pablo Iglesias, Podemos. Dado el tipo de galardón, quienes presidían el acto y quienes asistían, constituyó una inconveniencia por su parte, cuando no una descortesía.

Por lo que se refiere a los Príncipes de Asturias de los Deportes, no es la primera vez que  el jurado patina. Patinazos repetidos fueron las concesiones a personajes que no viajaron a Oviedo para recibirlos. Ocurrió con el ciclista Lance Armstrong, con la veterana tenista Martina Navratilova, y hasta con el velocista Carl Lewis, aunque en este caso se excusó diciendo que había perdido el avión.

En fin, que hay que cuidarse de dar premios a quienes, por un motivo o por otro, acaban no mereciéndolo. Y creo que Marc Gasol, en concreto, no se merece uno llamado Princesa de Asturias.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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