José Apezarena

Rezar por Rusia

En tiempos pasados, una de las intenciones que manejaban no pocos católicos españoles en sus oraciones era pedir "por la conversión de Rusia". Personas veteranas podrían contarlo con más detalle.

Cuando estudié la carrera de Periodismo, uno de los profesores confesó un día, ante la asombrada audiencia de los alumnos, que él todos los días rezaba por Rusia.

Y lo explicó diciendo que ese país es un enorme, con capacidades bélicas aterradoras puesto que posee un inmenso arsenal atómico junto con misiles de largo alcance. Por tanto sus problemas y debilidades, mal gestionadas, podrían conducir a un holocausto nuclear. Así lo expresó aquel profesor. Y ese concreto panorama no ha cambiado mucho desde entonces.

Algo de eso, de ese temor, empieza a gravitar ahora a propósito de la crisis de Ucrania. Un conflicto, por cierto, que debería interesarnos bastante más, puesto que el escenario es el continente europeo, nuestro continente europeo. Y allí las cosas se están complicando muchísimo.

Putin parece seriamente empeñado en corregir ahora la debacle que sufrió Rusia con la desaparición de la URSS. No faltan analistas que sostienen que occidente se aprovechó entonces al máximo de la debilidad del gigante, para arrebatarle territorios y zonas de influencia consustanciales con el país, algunos de ellos parte integrante desde muchos siglos atrás. Uno de los casos es Ucrania, pero no el único. Detrás esperan otros.

La pregunta hoy es hasta dónde está dispuesto a llegar Vladimir Putin y, a la vez, cuánto quieren resistirle las potencias occidentales, con Estados Unidos y Alemania en primera línea.

Las noticias que llegan desde Ucrania hablan de "rebeldes pro rusos", cuando se refieren a los combatientes en el este del país. Es un modo de hablar, porque en realidad se trata de miembros del ejército ruso, eso sí, camuflados como voluntarios ucranios. Unos efectivos, por cierto, que manejan armas muy sofisticadas, del tipo del misil que derribó el avión de Malaysia Airlines, equipos cuyo manejo requiere entrenamientos sólo al alcance de tropas especializadas.

Obama se ha planteado armar a Ucrania. Una opción altamente discutible, ya que puede desencadenar una guerra "de verdad", esa guerra real que tantos temen, y que, en el caso de presidente americano, quizá nace del alivio que provoca saber que se trata de una zona muy lejana de Estados Unidos; un territorio "de los europeos".

El problema solo ha empezado. Con Rusia por medio, y con un dirigente de las características de Putin al frente, me parece que aquel viejo profesor hoy seguiría rezando.

 


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Twitter: @JoseApezarena



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