José Apezarena

¡Socorro!

¡Con qué mala pinta arranca la campaña electoral! Aún no ha comenzado oficialmente, y ya estamos asistiendo a las primeras tonterías, excesos, inventos, ocurrencias y patochadas, de un lado y de otro. Mal precedente.

Mira que algunos plantearon que en realidad no la hubiera, teniendo en cuenta la reciente celebración de las generales de diciembre y que seguramente los mensajes van a resultar muy parecidos.

Y que hay quien sostiene que va a resultar una campaña inútil, el más vano esfuerzo nunca visto por parte de las distintas formaciones políticas, que bien podrían ahorrarse el empeño.

Pero ya se intuyó que las cosas discurrirían por estos andurriales cuando los partidos se reunieron, presumiblemente para pactar una campaña electoral moderada y hasta barata, y al final no se pusieron de acuerdo. Ni siquiera en el objetivo egoísta de ahorrarse unos millones de euros. No llegaron a ningún pacto. Aunque casi todos han prometido recortes.

Así que, sin esperar a dar el pistoletazo oficial, estamos metidos en harina. Y, como digo, con sombríos presagios sobre lo que nos espera de aquí al 26 de junio.

Uno de los caballos de batalla van a ser los vídeos. Es, por así decir, la novedad, el gran recurso, la presunta solución. Empezando por los que ha grabado Mariano Rajoy desde La Moncloa, y siguiendo por las ocurrencias del último emitido por Ciudadanos, en el que, entre otras lindezas, acusa al presidente del Gobierno de vago. Para ir haciendo boca.

A ese propósito, dice Rivera que hay que tener más sentido del humor, que hay que mostrar más aguante. Veremos cómo se comporta él, veremos si se ríe, cuando los rayos y truenos de los otros partidos caigan sobre su propia cabeza.

Podemos, a través de Carolina Bescansa, ha lanzado un llamamiento al resto para que rebajen el tono de la campaña. Es de esperar que lo haya hablado con Pablo Iglesias y que el líder de Podemos se acople a esa consigna, olvidando, por ejemplo, las manos manchadas de cal y embestidas semejantes.

Encima, siguiendo con la campaña, la cosa no se limita a la típica actividad de los partidos. Porque algunos se han propuesto aprovechar la coyuntura. El sindicato de maquinistas de Renfe, por citar un ejemplo, ha anunciado cuatros días de huelga en plena actividad electoral. Y no serán los únicos, me temo.

 

¡La que nos espera! Por eso he titulado estas líneas con una petición de socorro.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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