José Apezarena

¿Someterse a una investidura sin tener los votos?

El viernes se resolverá 'definitivamente' el intento de Pedro Sánchez de ser investido presidente del Gobierno, en un Pleno del Congreso para el que solamente necesitará la mayoría relativa, es decir, más votos a favor que en contra.

El candidato socialista ha optado por subir a la tribuna, y por dos veces, sin haberse garantizado de antemano la mayoría suficiente. ¿Es admisible que un político intente la investidura cuando tiene constancia de que no cuenta con los apoyos necesarios? ¿No es algo parecido a un fraude de ley, y desde luego hacer perder el tiempo a los españoles?

Nunca había ocurrido hasta ahora en España. Hasta hoy, todos los políticos que accedieron a la tribuna de oradores en busca de la nominación llevaban en el bolsillo, garantizado previamente, el apoyo necesario para sacar adelante su candidatura. Al contrario de lo que ocurre en esta ocasión.

El argumento desde algunas instancias políticas es que el pretendiente tiene derecho a "intentarlo", a tratar de ganar en el Congreso lo que no ha conseguido antes en los despachos y en negociaciones previas. Que tiene, en fin, derecho a intentar 'convencer' en el hemiciclo a las formaciones que hasta ese momento le han dicho que no.

Planteo la duda. En caso de que a un líder le encarguen intentar la investidura, si no logra antes los votos suficientes, ¿debe intentarlo a pesar de todo, en búsqueda de una especie de milagro de última hora? ¿Debe celebrarse un pleno que en realidad será de 'no investidura'? Tengo mis reservas a que sea correcto poner en marcha el mecanismo sin contar previamente con los apoyos exigidos.

Si la persona designada por el rey no alcanza, negociando con otras fuerzas, la mayoría requerida, y lo sabe, me parece más correcto que renuncie a encaramarse en la tribuna del Congreso para una ceremonia que va a resultar inútil.

Lo pongo en duda incluso aunque se me argumente con lo ocurrido en Cataluña, donde Puigdemont fue votado en el último minuto, gracias a un cambio de postura de la CUP in extremis. Porque creo que aquello fue un espectáculo muy poco recomendable, que desde luego no debería valer como precedente.

En el caso de que Pedro Sánchez coseche este viernes un fracaso definitivo, se alza la hipótesis de que Mariano Rajoy también quiera "intentar" la investidura, incluso aunque previamente solo consiga el aval de Ciudadanos, y por tanto no reúna los diputados exigidos para lograrlo.

Me mantengo en la tesis que estoy defendiendo. Si el rey Felipe VI le formula el encargo, si intenta pactar con otras fuerzas pero al final no tiene garantizados los votos, el candidato, en este caso Mariano Rajoy, debería renunciar a celebrar esos dos plenos del Congreso que volverían a ser inútiles.

 

Que no nos hagan perder el tiempo y no deterioren más el prestigio y la imagen de instituciones como el Congreso de los Diputados. Que no utilicen una instancia tan relevante para campañas de imagen, para consolidar la posición internamente, en su partido, o con la mira puesta en un rédito con vistas a la inmediata campaña electoral. Eso es alterar la naturaleza de las cosas. Y tiene consecuencias.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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