José Apezarena

Susana Díaz toma por fin el mando en el PSOE

El derrumbadero hacia el que caminaba el partido parece que ha obligado a Susana Díaz, casi contra su voluntad, a tomar por fin el mando del PSOE.

Con el PSC en situación de rebeldía, maquillada por el anuncio de ese plazo de dos meses para encontrar un acuerdo entre catalanes y el resto del partido; más la bofetada del PSE, firmando un pacto de gobierno con el PNV sin haber consultado nada a Madrid; junto con los movimientos ya iniciados por Pedro Sánchez dirigidos a recuperar la secretaría general; las conspiraciones para desacreditar a la gestora... Todo eso, tal situación de caos interno, ha forzado a la dirigente andaluza a dar el paso.

Manifestación expresa, de que a partir de ahora toma las riendas, es la reunión que este jueves celebró en Sevilla con el catalán Miquel Iceta, continuación del encuentro informal que habían mantenido la víspera.

Susana Díaz ha intentado disimular su control absoluto de la gestora, en la idea de que Javier Fernández apareciera como protagonista de las decisiones para así evitar quemarse ella. Las cosas se han complicado tanto, que no ha tenido más remedio que asumir a las claras el poder.

El PSOE necesita urgentemente un líder, que se atreva a poner coto a desarreglos como los acaecidos en Cataluña y en el País Vasco. Que decida quién es su portavoz definitivo en el Congreso. Y que designe y avale a los interlocutores que hablen con el Gobierno, para negociaciones tan decisivas como el techo de gasto, los presupuestos del Estado, las deliberaciones del Pacto de Toledo...

Susana Díaz pretendía gobernar por persona interpuesta. Intento vano, porque, en tiempos tan revueltos, la fórmula no funciona, como se ha venido demostrando.

Con su paso a primer plano asume esos riesgos que hasta ahora no había querido correr, por ejemplo negándose a presentarse a primarias en las que existieran otros candidatos y por tanto posibilidad de no ganar. Ahora ha dejado claro que optará a la secretaría general en cualquier caso, en el próximo congreso del partido, existan o no competidores.

Aludía yo a la urgencia de consolidar ya un liderazgo. El PSOE tiene igualmente necesidad de celebrar cuanto antes su congreso, que represente el punto de partida de la imprescindible renovación. Cuando más lo retrasen, más pueden emponzoñarse las penalidades actuales.

El problema es que, antes, tendrían que protagonizar un hondo debate interno sobre qué es hoy el socialismo, cuáles sus presupuestos, hacia dónde debe caminar, qué modelo de sociedad propone, con qué procedimientos para implantarla... Cuestiones sustanciales que están sin clarificar. Aquí y en el resto de partidos socialistas y socialdemócratas de Europa.

 

Le queda mucha tarea al PSOE y abundante trabajo a Susana Díaz.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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