José Apezarena

Tíos, primos y demás parientes e interesados

Cuando era pequeño, en mi casa se tenía puesta de forma habitual la radio. Y recuerdo que una sección bastante escuchada en aquellas emisoras navarras eran las necrológicas, que se ofrecían todos los días de forma habitual.

No se me olvida la cantinela final de las esquelas radiofónicas, que leía un locutor, y que decía, más o menos: "Tíos, primos y demás parientes e interesados ruegan una oración por su alma".

Salvando las distancias, de padres, hermanos, tíos, primos y demás parientes se habla ahora, y mucho, a propósito de los enchufes que se van conociendo en los ayuntamientos gobernados por la izquierda populista, la que afirmó que llegaba para cambiar comportamientos y limpiar la política.

Son noticias conocidas, pero no viene mal volverlo a recordar. Es, por ejemplo, el caso de Luis Maestre, miembro de Podemos y padre de la portavoz del ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que de funcionario en los servicios municipales de hacienda ha pasado a ser nada menos que subdirector general de Atención al Contribuyente. Percibirá 4.500 euros más.

Luis Cueto, sobrino político de Manuela Carmena, fue nombrado coordinador general de la Alcaldía, y acaba de convertirse en presidente de Ifema. La mujer del concejal Pablo Soto ha sido nombrada su asistente.

Por lo que se refiere a Barcelona, el marido de la alcaldesa Ada Colau se ha convertido en responsable de Relaciones Políticas e Institucionales de su partido, Barcelona en Común. Aparte de eso, está actuando como portavoz del ayuntamiento en reuniones con la oposición municipal para pactar el reparto de asesores. Vanesa Valiño, compañera del primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, es asesora de la Concejalía de Vivienda.

Si viajamos a Cádiz, Kichi, el alcalde, ha designado asesores municipales, con remuneración económica, entre compañeros de su partido Cádiz sí se Puede.

Son solo algunos casos, los más conocidos y mediáticos, porque hay otros.

Volviendo a aquellas notas necrológicas de la radio, solían terminar así: "La familia no recibe. No se invita particularmente".

 

En esos ayuntamientos ocurre al revés: la familia sí "recibe" y es invitada "muy particularmente".

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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