José Apezarena

¿Los anti Pedro Sánchez se rendirán?

La contundente victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas no cierra prácticamente ninguno de los problemas que afrontaba el PSOE. Al contrario, seguramente los agrava, porque abre un periodo de profundas incertidumbres.

Incertidumbre, no solamente por las intensas incógnitas que provoca el nuevo liderazgo, en cuestiones de fondo como la deriva podemista y el posicionamiento ante los separatismos (al margen de sus coyunturales juegos de palabras, como lo del “nacionalismo cultural”), sino también por saber si la guerra ha terminado. Si el éxito de Pedro Sánchez es o no una victoria definitiva.

Ahora la gran pregunta se resume así: quienes derribaron violentamente a Sánchez de la secretaría general, y urdieron alrededor de Susana Díaz una operación de salvamento consistente en impedir por todos los medios que volviera a Ferraz, es decir, los derrotados ayer en las primarias, ¿se van a rendir? ¿Dejarán sin culminar la batalla que habían iniciado? ¿Se resignarán?

Hay que recordar que en el frente ‘anti sanchista’ se han integrado la práctica totalidad de los más conocidos dirigentes socialistas, los por así decirlo históricos, desde Felipe González a Zapatero, pasando por Rubalcaba, Guerra, Bono… Les unía el terror que produce la figura de Sánchez, sus derivas extremas, sus comportamientos, sus maniobras internas, incluyendo la sed de venganza que muestra, y que hace temer la inmediata puesta en marcha de auténticas purgas interiores.

Las primarias no eran un simple desafío de liderazgos, sino que estaba en juego sobre todo el modelo de partido desde el punto de vista ideológico, y también orgánico. Los enemigos de Sánchez creían y creen que el nuevo secretario general es un peligro para su propio partido, al que conducirá al desolladero, a nuevas derrotas electorales y finalmente a la desaparición.

Contra ese porvenir se movilizaron, agarrándose al único clavo que encontraron viable: la andaluza Susana Díaz. Derrotada ahora la candidata, ¿van a tirar la toalla?

A los ‘anti sanchistas’ les queda todavía una bala: el próximo congreso federal. A la asamblea del partido acuden, no la militancia, no los afiliados, que son los que han votado en estas primarias, sino representantes elegidos por las distintas agrupaciones. Y en ese terreno los derrotados, sobre todo los líderes regionales de federaciones como Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha… conservan mucho poder orgánico (hay cargos y sueldos en juego), capaz de mediatizar y reconducir las votaciones de delegados.

Su capacidad de movimiento es tan alta que podría ocurrir que el congreso no lo ganara el nuevo líder, sino que saliera elegida una ejecutiva federal contraria a Pedro Sánchez, lo que provocaría la paradoja de un secretario general que no controla a su propia dirección. En algún momento, Sánchez ha dejado entrever que, si tal cosa ocurría, renunciaría; otra cosa es que cumpla su palabra.

Ese proceso de reconducción del PSOE resulta posible. Pero, como digo, la pregunta del millón es esta: ¿seguirán resistiendo los rivales de Pedro Sánchez a pesar de la derrota? O, apabullados por la contundencia de los resultados, se resignarán, incluso apelando al argumento de la reconciliación y la unidad, de no abrir más heridas en el partido?

 

Y en cuanto a los candidatos a las primarias, en el caso de Pedro Sánchez y de Susana Díaz los dos se lo jugaban, y lo sabían. La derrota iba a significar la muerte política del perdedor. Y, en efecto, puede afirmarse que lo ocurrido ayer representa el final de la aventura nacional de Susana, quien, además queda gravemente tocada en su propia tierra.

¿El resultado de las primarias socialistas acentúa la posibilidad de unas elecciones anticipadas? Desde luego, lo que parece claro es que con este PSOE no se va a poder pactar nada. Eso deja al Gobierno bastante más maniatado de lo que estaba hasta aquí, dado que con la gestora sí ha podido hablar, aunque fuese en voz baja y sin que se supiera. Con Pedro Sánchez resultará imposible.

¿Aboca eso a Mariano Rajoy a disolver el Parlamento y convocar generales ahora? No necesariamente, o no inmediatamente. Porque, a propósito de la negociación de los Presupuestos, el PP ha superado el cerco, y hoy por hoy está pactando con cuatro fuerzas parlamentarias (aunque sea para cosas diversas) como son: Ciudadanos, PNV, los canarios, y los catalanes del PDeCat (con los que ha acordado la reforma de la estiba).

Prácticamente asegurados los presupuestos de 2017, Rajoy podría prorrogar los de 2018 si entonces encuentra problemas, lo que lleva el calendario al año 2019, cuando toca celebrar elecciones locales, autonómicas y europeas. Un momento adecuado para celebrar esas generales.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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