José Apezarena

Ya estamos hartos de líderes corruptos

He de admitir que, cuando escuche la confesión de Jordi Pujol, reconociendo que tenía dinero oculto en Suiza desde hacía más de treinta años, de alguna manera se me cayó el alma a los pies.

No he votado nunca a Convergencia, no comparto sus posiciones pasadas y menos aún las actuales, pero siempre guardé hacia su líder histórico un cierto respeto, y hasta reconocimiento, por su comportamiento político en la transición y durante los primeros años de la democracia. Fue una figura decisiva. Y esperaba de él otro proceder.

La caída de un dirigente relevante, admirado incluso para muchos, provoca una enorme desazón y tristeza, porque nadie espera de esas personas tales actuaciones. Y algo se derrumba dentro de nosotros. Al menos, dentro de mí.

Ocurre que en este país están acabando por los suelos demasiados personajes, a propósito de escándalos económicos, malversaciones y fugas de dinero.

Ahora, el mítico líder de la minería asturiana José Ángel Fernández Villa ha sido expulsado del PSOE tras publicarse que está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción por ocultación a Hacienda de 1,4 millones de euros. La pregunta resulta inmediata: ¿de dónde ha sacado ese dinero?, ¿cómo lo ha conseguido?

La conmoción que la noticia ha causado en el socialismo se resume en las palabras del líder regional, Javier Fernández, diciendo que el caso es "más grave" que el de la familia Pujol o el de las tarjetas opacas de Caja Madrid porque "ha sido durante muchos años secretario general del sindicato (SOMA) de los obreros asturianos, la organización que mejor simboliza la lucha obrera en España".

Por si faltara algo, otro histórico sindicalista, Rodolfo Benito, ha dimitido de la ejecutiva de CCOO y como presidente de la Fundación 1º de mayo, por su implicación en el mismo escándalo. Y hay, por cierto, otros cinco miembros de Comisiones que aparecen en la lista.

Si cualquier comportamiento irregular, ilegal y delictivo resulta lamentable, mucho más ocurre cuando hablamos de líderes sociales, ubicados en cualquier ámbito o ideología, de la derecha, de la izquierda, del centro, empresarios, líderes sindicales...

Pero me parece que la decepción resulta aún mayor cuando se trata de sindicalistas destacados, de individuos que han liderado el movimiento obrero durante años, como ocurre con Rodolfo Benito y con Fernández Villa.

 

En fin, que a estas alturas del partido ya estamos más que hartos de la proliferación de líderes corruptos. Y lo que puede que nos quede por ver.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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