José Apezarena

La maldición de las líneas aéreas

Algún día tendrá que solucionarse, porque no es de recibo que siga ocurriendo. Me refiero al lamentable suceso de que pasajeros de líneas aéreas se encuentren, al llegar al destino, con que su maleta se ha ‘perdido’. Con lo que quedan en precariedad e indefensión durante uno, dos, tres días…

Me encuentro en Croacia, un país que no conocía, para una estancia de vacaciones durante estos días de agosto. Para llegar, contraté un vuelo Madrid-París con Air France, y en la capital de Francia enlacé con otro de Croatia Airlines hasta Zagreb. No hubo especiales problemas.

En esa segunda mitad del trayecto, en el aeropuerto Charles De Gaulle coincidí con otro español. Volamos juntos, y, al llegar a la terminal de Zagreb, mi compañero se encontró con la sorpresa que la maleta no aparecía en la cinta transportadora: habían perdido su equipaje.

Ese compatriota había volado a París desde Valencia, también con Air France, aunque el vuelo lo operó Air Europa, y ahí enlazó con Croatia Airlines.

Al comprobar la pérdida de la maleta, en el propio aeropuerto acudió a una oficina dedicada expresamente a equipajes extraviados. A la puerta había un cola de personas esperando para reclamar: mal presagio.

Una vez dentro, una funcionaria tomó los datos, es decir la referencia de la maleta que figuraba el resguardo de facturación, y la dirección donde iba a residir en la capital del país, junto con el número de su teléfono móvil para que le pudieran avisar.

La pérdida se produjo el 11 de agosto, lunes. Pasó un día, pasó otro, y otro y otro… y de la valija desaparecida no había noticia alguna. En la página web de las dos compañías, o sea de Air Europa y de Croatia Airlines, únicamente se leía que la maleta no había sido hallada. Las llamadas telefónicas remitían a la página web sin más.

No hay que tener demasiada imaginación para hacerse una idea de cómo tuvo que arreglárselas ese españolito atascado en Zagreb sin sus pertenencias. Compra de artículos de higiene personal, compra de ropa, ausencia de una agenda que viajaba dentro de la maletas, algún artículo perecedero que iba en su interior…

Las compras hubo que realizarlas de forma intermitente y progresiva, porque en cada jornada no sabía si ese día estaría ya localizada, o bien sería el siguiente, o el siguiente. Las compañías aéreas ayudaban muy poco.

 

Pasados cinco días, o sea el sábado, 16 de agosto, llamada telefónica desde Croatia Airlines para anunciar que el equipaje estaba ya localizado y que lo entregarían en la dirección de Zagreb anotada el lunes. En efecto, la maleta llegó a primera hora de la tarde.

Lo del extravío de impedimenta constituye un lugar común entre quienes suelen viajar por rutas internacionales, y hasta se comenta de forma jocosa, pero la realidad es que, no por ser frecuente resulta admisible. No a estas alturas. Va llegando la hora de que las compañías garanticen absolutamente la entrega de los equipajes completos.

Pero, más aún, lo que no tiene ningún pase es que se tarden cinco días en hallar uno de esos envío perdidos. Cinco días son demasiados.

Comentarios