La mano del rey a un lehendakari pro etarra

“Fue un instante. Ella sonreía. Él también. Él le hizo un comentario, “adiós y buen viaje”, y ella asintió, siempre sonriente”.

Así se relataba ayer el histórico encuentro entre Isabel II, reina de Inglaterra, y Martin McGuinness, ex terrorista, número dos del IRA. Según las analistas, fue un apretón de manos para la historia, porque ella es la reina de Inglaterra y él un antiguo terrorista del IRA.

McGuinness es actualmente ministro principal adjunto de la provincia, y como tal asistía a los actos, pero la interpretación que se hace es que en ese apretón de manos queda enterrada para siempre la guerra del Ulster.

Viendo las imágenes, leyendo las crónicas del acontecimiento, no he podido evitar imaginarme una escena que parece que no tardará mucho en darse en nuestro país.

La imagen de don Juan Carlos, rey de España, dando la mano, por obligación del cargo y por imperativo constitucional, a un lehendakari vasco pro etarra, y quizá hasta ex etarra, de los que manejaron pistolas y goma dos.

Es lo que, según todos los cálculos, va a acaecer en el País Vasco. Gracias a las lamentables legalizaciones de Bildu y Sortu, el mundo batasuno pro etarra tiene todas las papeletas para ganar las elecciones autonómicas y tomar Ajuria Enea.

Y a continuación vendrá el apretón de manos. ¿O no?

 
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