La obediencia de Patxi

Patxi López la está liando de nuevo, con sus prisas por ‘corresponder’ al comunicado de ETA, montando para ello una consulta urgente con todos los partidos vascos.

Algunos han llegado a sospechar que podía ser un modo de hacerse perdonar que la noticia le pillara fuera de juego (fuera de España). Pero parecen existir intenciones de mayor calado.

Porque la rapidez que ha mostrado el lehendakari por reunirse con los partidos vascos chocó desde el principio con la doctrina oficial del Gobierno, predicada en boca de su portavoz, José Blanco: ahora, de urgencias, nada de nada.

Otra vez Patxi López tirando por la calle de en medio, como cuando sugirió que se convocara un congreso extraordinario del PSOE.

En la línea de que el lehendakari no da como para manejar planes propios, la pregunta crucial es: ¿A quién obedece Patxi López, que tampoco ahora camina en la línea del partido?

La duda, en fin, se centra en conocer cuál es la mano que le guía, la mente que se esconde detrás.

Y si, a propósito del congreso extraordinario, lo que todo el mundo apuntó era que el verdadero promotor era Alfredo Pérez Rubalcaba, es de imaginar que también se esconde detrás de las prisas de estos días, detrás de la urgencia de López de querer ‘corresponder’ a los etarras.

Con esas premisas, ¿qué persigue Rubalcaba?

 
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