José Apezarena

Que no parezca que ETA no ha existido

A escasas fechas del anuncio por ETA del cese definitivo de la lucha armada, el diario Gara publicó un editorial en el que asentaba este cínico, a la vez que lúcido, mensaje: El que convenza vencerá.

Viene a cuento de que este país está siendo escenario, de forma sorda pero real, de una batalla ideológica, intelectual, política e informativa en la que se juega cómo se contará finalmente la historia del terrorismo etarra.

No me parece asunto menor. Entre otras cosas porque, según de qué lado se decante el conflicto, cabe alguna posibilidad de que al final parezca como si ETA no hubiera existido. Ni la banda, ni sus crímenes, ni el terror que sembró por toda España en miles y miles de ciudadanos. Y eso sería, además de un enorme torpeza, la peor injusticia.

Precisamente para contribuir al relato de lo ocurrido, y que no venza el olvido pero tampoco un recuerdo indulgente, acaba de publicarse el libro "Relatos de plomo. Historia del terrorismo de ETA en Navarra. 1960-2011", editado por el Gobierno de la Comunidad Foral y que ayer se presentó en Madrid.

Coordinado por Javier Marrodán, y con la colaboración de un joven grupo de periodistas, en tres tomos relata, en forma de gran reportaje, cincuenta años de terrorismo de la banda etarra en tierras navarras. En total, cuatrocientos atentados, 43 de ellos mortales. Una cifra escalofriante.

Se trata de un monográfico espectacular, que detalla uno por uno esos atropellos cometidos por ETA, incluyendo fotografías de todos ellos, narrados periodísticamente previa detallada labor de documentación, que ha incluido la consulta de documentos policiales y judiciales.

Los autores han localizado a familiares de todas las víctimas, con más de sesenta entrevistas y testimonios que se recogen en el libro. Porque otro de los objetivos ha sido contar el 'qué pasó después' de los asesinatos. Es decir, cómo han discurrido hasta hoy las vidas de padres, viudas, hijos, hermanos... Y también, en su caso, qué ha ocurrido con los pistoleros: si fueron detenidos, si han sido condenados o no, si están de vuelta en su pueblo. Incluye un índice onomástico de más de 3.000 personas.

Se relata, por ejemplo, el tímido nacimiento en Pamplona, en 1986, de Gesto por la Paz, cuando por vez primera unas pocas personas empezaron a expresar en la calle el rechazo al terrorismo. Se aborda la plaga del chantaje económico de ETA y se documentan dos mil cartas de extorsión enviadas a empresarios navarros, la mayoría de los cuales no pagaron.

Pretende ser también un homenaje a los miles de ciudadanos que, en tantos pueblos, dieron el paso de aceptar ser candidato a concejal por partidos no nacionalistas, y que por ello se vieron sometidos al infierno del rechazo, el insulto, la amenaza y la diana en la pared de su casa. Varios lo pagaron muy caro: con la vida.

 

El relato de lo ocurrido en estos cincuenta años tiene que reflejar la verdad del mucho dolor que ETA, y quienes le apoyaban, causó a miles y miles de personas.

No se trata de resucitar el rencor. Es más: los familiares con los que han hablado los autores del libro dan de nuevo, sin haber desaparecido el dolor, una lección de serenidad, y en bastantes casos de perdón. Rencor, no. Pero olvido tampoco.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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