No perdonan a los ciudadanos y sí a los partidos

Algo no funciona bien con la financiación de los partidos políticos y la actitud de las entidades bancarias hacia ellos, aparentemente muy distinta a lo que aplican a los ciudadanos comunes.

Con la gente de a pie, lo que suele ocurrir es que, si contraes una deuda, toda la maquinaria burocrática y, sobre todo, judicial, se pone en marcha, de forma inmisericorde, para conseguir el cobro.

Esos procedimientos han conducido a situaciones verdaderamente dramáticas para miles de hogares y decenas de miles de personas, con pérdida de los bienes familiares, embargos, desahucios... Miles y miles de afectados en este país podrían dar datos muy concretos.

Por lo visto, con los partidos no se procede igual. Hemos conocido ahora que una caja vasca ha perdonado una deuda de nada menos 9,8 millones de euros a Unió, el partido de Durán y Lleida. Y que una caja madrileña iba a hacer lo propio con casi 3 millones que le debe Izquierda Unida.

Eso son noticias de ahora mismo, porque mirando hacia atrás suman varias decenas de millones de euros condonados por distintas entidades bancarias a todas las formaciones políticas.

¿Por qué esa benevolencia con los partidos, en cantidades elevadísimas, y tanto rigor con el ciudadano de a pie, en cifras infinitamente más modestas? Aquí falta equidad. Que les pregunten a los embargados, desahuciados y demás personal.

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