La verdad sobre las macrofiestas
Ha tenido que ocurrir una desgracia terrible, como la tragedia del Madrid Arena, con cuatro muchachas muertas, para que se desvele, de una vez por todas, la realidad de las fiestas y macrofiestas que se celebran por todo el país.
Porque las circunstancias que dieron lugar a la catástrofe de la noche de Halloween son en realidad lo habitual en tantas convocatorias semejantes.
¿Qué circunstancias? Para empezar, la utilización de recintos inadecuados para recibir miles de personas, sin pasillos suficientemente anchos, sin iluminación suficiente, sin salidas de emergencia…
Para continuar, empresas promotoras que escatiman medios, pero sobre todo seguridad, con el fin de sacar la máxima tajada económica. En el caso del Madrid Arena, si se vendieron 10.000 entradas, a una media de 50 euros, resulta que la caja alcanzó, como poco, los 500.000 euros. Por una sola noche. Había 75 personas para el servicio de orden, de las que solamente 5 estaban titulados como agentes de seguridad.
Siguiendo con la falta de control en los accesos, que provoca que miles de menores de edad accedan sin problema. Y si en algunos sitios piden el carnet de identidad, lo habitual es llevar consigo el de un hermano o de un amigo que sí ha cumplido los 18 años.
El juez decano de Madrid (una de sus hijas estaba en el Madrid Arena la noche de la tragedia) ha afirmado estos días que es bien conocido por los magistrados que en la mayoría de las fiestas se consume alcohol y drogas.
¿Afirmar todo esto es ser pesimista? ¿Es ser alarmista? Es decir la verdad.
Esas son las cosas que se dan en la mayoría de las fiestas y conciertos a las que asisten los jóvenes españoles. En toda España. Hemos querido mirar a otro lado, como si no ocurriera, pero el suceso de Madrid ha permitido que muchos abran los ojos. La cuestión es: ¿servirá para algo o volveremos a repetir lo mismo pasado mañana?
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