Arantxa, no lo hagas

La ex tenista Arantxa Sánchez Vicario ha vuelto a ser noticia. Este miércoles se ha sabido que uno de los cuatro juicios que le enfrenta a sus padres ha sido suspendido durante dos meses. Al parecer, las partes se han dado esos 60 días para intentar llegar a un acuerdo amistoso. Ojalá.

Lo digo porque todo este tormentoso ‘affaire’, que saltó a la luz el pasado mes de febrero, es  demasiado tremendo.

Parece excesivo que una hija quede tan dolida con sus padres que decida incluso escribir un libro para destapar intimidades y poner de vuelta y media a quienes le trajeron al mundo y a sus hermanos.

Parece una enormidad montar una rueda de prensa (como hizo Arantxa hace siete meses) y lanzar al mundo unas acusaciones gravísimas contra los que llevan tu propia sangre.

Parece un disparate hablar de catarsis para justificar que se ponga en marcha un ventilador capaz de dejar el campo sembrado de cadáveres.

Parece muy arriesgado, en fin, montar un circo de esta magnitud y acudir a la opinión pública como medida de presión. Porque eso es lo que ha sucedido.

Pero estas operaciones las carga el diablo. Hace falta mucha prudencia y equilibrio para mercadear con la propia intimidad ante los medios de comunicación sin que la cosa te termine estallando en las manos. Muy difícil.

Por todo ello lo digo: ojalá Arantxa logre resolver, a través de acuerdos amistosos, los conflictos judiciales que le separan de los suyos. Por su bien, el de su familia y el de todos los que asistimos al ‘espectáculo’.

Más en twitter: @javierfumero

 
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