Bravo, Zapatero

Desoigo el consejo que ayer me daba en este blog un lúcido comentarista y me meto, de cuerpo entero, en otro charco. Qué le vamos a hacer.

Hoy voy a romper una lanza en favor de José Luis Rodríguez Zapatero. Alabo su valentía, coraje y apertura al acudir a un cara a cara con el cardenal Cañizares.

Como el propio Zapatero podía imaginar, el acto era un regalo envenenado. Ambiente enrarecido, abucheos, silbidos, recriminaciones... Cualquiera en su sano juicio hubiera concluido que no merecía la pena, que había mucho que perder y poco que ganar, que se estaría mejor en casa o dando un paseo...

Sin embargo, allí fue.

Con este gesto ha enfadado al PSOE, como ha publicado algún medio de comunicación, donde no entienden que el ex presidente haya ido a charlar con quien tanto (y tan duro) les criticó en el pasado.

También ha molestado a algunos representantes de la derecha, que lo consideran un dirigente inocuo, vulgar, irrelevante, sin mucho que aportar intelectualmente.

A pesar de todo, decidió ir y se ofreció al diálogo. A mi juicio, sólo eso sería digno de elogio. A esta sociedad le iría muchísimo mejor si nos acostumbráramos a dialogar. Si en vez de confrontar nuestras ideas a garrotazos, habláramos y escucháramos más. Si no nos costara tanto sentirnos a gusto junto a quien piensa de forma muy distinta a nosotros.

Sólo por eso, me ha parecido una excelente noticia este encuentro.

Pero, por si todo esto fuera poco, he leído las palabras introductorias del ex presidente del Gobierno y me han gustado. Sobre todo, dos fragmentos:

 

“Unas palabras deseo dedicar a Monseñor Cañizares: le conocí hace algo más de 10 años en Granada. Acudió a una conferencia que yo impartía como líder del PSOE. A partir de ahí hemos ido fraguando una relación con ideas diferentes, pero que ha permitido un diálogo fructífero que ha ido creciendo en el tiempo y ha llegado al afecto. Deseo hoy exponer mis ideas con un espíritu constructivo, pues el diálogo, la palabra, es la fuente principal del Humanismo. El Humanismo es el ideal más alto que la civilización ha puesto sobre nosotros. De una u otra manera está presente en todas las culturas, todas las religiones”.

“Las grandes constituciones de Occidente son aconfesionales y eso es razonable porque así se garantiza mejor la libertad, pero sería absurdo ignorar que el Cristianismo ha ejercido una influencia decisiva sobre Europa en los últimos 1.000 años. Además, debo hacer un reconocimiento a quienes desde la Iglesia y los Gobiernos han logrado ese equilibrio de convivencia entre un respeto a la Constitución, el aprendizaje. Este debate se produce en un momento en el que existen más incertidumbres que seguridades y eso tiene mucho que ver con lo que todos conocemos y eso tiene mucho que ver con el futuro de Europa. Y detrás de Europa están los mejores valores”.

Por todo lo anterior, digo: bravo, Zapatero.

Más en twitter: @javierfumero

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