Cariño para Cataluña y los catalanes
Acabo de hablar con una persona versada, buena conocedora de la idiosincrasia española, con perspectiva y bastantes años de vuelo. Le he sacado el tema de Cataluña y me ha sorprendido mucho su respuesta. Expuesto sintéticamente, esto es lo que me ha dicho:
-- A Madrid le ha faltado mucha mano izquierda en esta cuestión. Desde siempre.
-- El catalán es un pueblo sentimental, sensible, educado, honorable, con respeto a la palabra dada y amante de las buenas formas.
-- No todo el mundo tiene la culpa, pero en ocasiones desde Madrid se ha humillado innecesariamente a los catalanes, ofendiéndoles muy profundamente y de forma gratuita.
-- Eso ha ido generando un malestar de fondo, un resentimiento profundo en personas distinguidas y muy nobles que ahora se pierden en histrionismos.
-- Pero en la base de todo lo que está pasando hoy se encuentran esos desplantes, ese desafecto con el que les ha tratado Madrid desde hace más de treinta años. Algo que se podía haber evitado.
-- ¿La solución? Cariño; no bofetadas. Con ternura, muestras de cordialidad y aprecio, gestos de simpatía y afinidad es muy sencillo ganarse a los catalanes. Ya estamos tardando.
Admito que la charla me ha dejado tocado. Creo que a esta persona no le falta algo de razón.
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