Corazón catalán
Dicen que es el asesor al que más escucha Mariano Rajoy y él nunca lo ha negado. A mí me consta que está a sueldo del Partido Popular desde 1989, con un contrato renovable cada 12 meses que se ha ido prorrogando hasta la fecha.
Pedro Arriola advierte que él no hace encuestas. Esa conclusión la saca –asegura- quién no conoce su trabajo. Arriola se dedica a “interpretar” los sondeos. Y por ahí le han llovido muchas críticas. Trabaja en exclusividad para el Partido Popular y no tiene cargo asignado de modo oficial.
En febrero de 2008, el gurú de la calle Génova diseñó, junto al director de campaña del Partido Popular, Pío García-Escudero, y al secretario ejecutivo de comunicación, Gabriel Elorriaga, la campaña de publicidad del PP para las elecciones generales de aquel 9 de marzo. El lema elegido fue: “Con cabeza y corazón”.
La explicación oficial fue la siguiente:
--Cabeza: porque Rajoy venía desgranando desde hacía tiempo una serie de propuestas programáticas dirigidas a solucionar los problemas de los españoles.
--Corazón: porque mostraba la preocupación del líder del PP por esos problemas.
Al que esto escribe, aquel lema de Pedro Arriola le dejó más bien frío. Tuve la sensación de que me había perdido algo… Y parece que no fui una excepción. Rajoy perdió aquellas elecciones: la segunda derrota en las urnas ante Zapatero.
Este jueves, con ocasión de una visita a la Organización Nacional de Trasplantes, en Madrid, Rajoy ha declarado lo siguiente:
-- “Quiero señalar en un día como hoy [en plena Diada en Cataluña] que la solidaridad es la mejor manifestación de nuestra identidad como españoles. Y esta generosidad hace que los órganos vitales de los españoles den vida a otras personas sin importar de dónde vengan, que un andaluz viva con corazón de un catalán, o un gallego viva gracias a la generosidad de un madrileño. Y así, en un círculo virtuoso sin fin, nuestro país expresa con naturalidad y normalidad una fraternidad que es patrimonio de todos los españoles”.
Otra vez el corazón de marras. Rajoy habla de generosidad, de la identidad de los españoles, de vertebrar moral y emocionalmente a los ciudadanos, de la unidad como activo...
No sé qué pensar. Pero vuelvo a tener la sensación de que me he perdido algo. Con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre, caray.
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