Javier Fumero

Corteja al funcionario (que algo queda)

Mariano Rajoy aprobó hace dos años un durísimo plan de ajuste pactado en un Consejo Europeo. Todos los ciudadanos padecimos entonces la subida del IVA pero el colectivo que salió peor parado de aquella acometida fue el de los funcionarios y los altos cargos de la Administración.

Todos ellos se quedaron sin la paga extra de Navidad de diciembre de 2012 y perdieron días de libre disposición, los llamados ‘moscosos’. Además, se ajustó el número de liberados sindicales a lo estrictamente especificado por la ley, se equipararon las condiciones en situación de incapacidad temporal a las del resto de trabajadores y se apostó por una mayor movilidad de los empleados públicos.

El argumento que dio entonces Rajoy es que el empleo público debía “adaptarse a la realidad económica del momento”. Mientras el número de funcionarios había crecido en 289.000 personas desde 2007, en el sector privado se habían destruido 2,9 millones de empleos.

Me pareció razonable entonces esta explicación. Y lo dije. Por eso no entiendo muy bien lo que está pasando ahora.

Vaya por delante que estoy contra ese runrún generalizado, completamente injusto, que demoniza por sistema a este sector. Lo digo también amparado en lo que he visto: los empleados públicos han cambiado en estos últimos años.

Tengo bastantes ejemplos acumulados de funcionarios que me han atendido de forma diligente, educada, rápida y  honesta. También los ha habido negligentes o torpes, efectivamente, pero como en el resto de actividades.

Sin embargo, en esta España Profunda somos muy aficionados a etiquetar, a sentenciar, a cortar cabezas. ¿El funcionario? Un caradura, que vive del cuento, que desayuna durante dos horas al día, que se escaquea en cuanto puede y no da cuentas a nadie, un vago redomado... No es justo.

Dicho esto, debo decir lo siguiente. Las medidas que acaba de anunciar Cristóbal Montoro para beneficiar a los funcionarios contradicen aquella tesis de 2012: ¿por qué no deben adaptarse ahora a la realidad económica del momento?

Los ciudadanos de a pie seguimos penalizados por la subida de impuestos que impuso el PP, por el alza del IVA, por una reforma laboral que precariza el empleo, por unos salarios cada vez más bajos... A pesar de todo esto, los funcionarios van a recuperar beneficios y el resto, no.

 

No me parece bien. El tufo a maniobra electoral se percibe desde la puerta de entrada. Otra más, tras el aborto. Ya vale, ¿no?

Más en twitter: @javierfumero

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