Javier Fumero

Cuidado con Margallo

Mariano Rajoy considera desde hace años a José Manuel García Margallo un ‘verso suelto’ de esos que abundan en el Partido Popular. Personas con carácter, voz propia y ningún temor, que van un poco por libre. No es extraño verles ofreciendo declaraciones que se alejan de la versión oficial.

El presidente lo trajo de Bruselas tras muchos años de trato personal. Eran grandes amigos y había una gran confianza entre ambos. Margallo, además, le ofrecía asesoramiento en algunos temas. El veterano político aceptó encantado el Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque le hubiera gustado más recalar en Economía o en una vicepresidencia del Gobierno.

Al cabo de unos meses en el consejo de ministros, Margallo vio conveniente liderar un frente dentro del Ejecutivo para contrapesar a Soraya Sáenz de Santamaría. A su juicio, la vice era excesivamente tecnócrata, poco política. El Gobierno sufría por falta de músculo y discurso. Esa era la tesis principal del llamado G-8 que encabezó.

El tema catalán fue la gota que colmó el vaso. García Margallo, cansado de la tibieza de Rajoy y Soraya, montó iniciativas por su cuenta. Llegó a organizar un gabinete secreto en Exteriores, llamado ‘La Barretina’, con expertos que se reunían los viernes a las nueve de la mañana para idear estrategias contra el desafío soberanista.

Ahora, Margallo va a publicar un libro titulado ‘Por una convivencia democrática’, donde desvela medidas que él planteó a Rajoy el 16 de septiembre de 2014 para impedir que se celebrara la consulta del 9-N convocada por Artur Mas. Su plan era aplicar el artículo 155 de la Constitución y movilizar a los mossos de esquadra  para destruir las urnas si era necesario.

Consciente de la tensión que eso implicaría, Margallo complementaba su propuesta con el inicio de conversaciones para una reforma de la Constitución y del modelo de financiación. Llegó a preparar un borrador… que tuvo que guardar en un cajón de la mesa de su despacho.

Estos días Margallo acude incluso a las televisiones y no da puntada sin hilo. Le acaba de arrear un buen bofetón a Rajoy, en la cara de Soraya. Este lunes, intervino en ‘Al rojo vivo’ con Cristina Pardo para comentar diversos asuntos de actualidad. En un momento dijo lo siguiente:

-- “Hay que ir pensando en hacer una oferta a la sociedad catalana”. “Hay que ir pensando en esas soluciones”. “Esta situación de guerra de nervios no puede perpetuarse en el tiempo”.

O sea, que el Gobierno no está enfocando bien el tema. Es decir, que la vicepresidenta –encargada por Rajoy de la solución del tema catalán- se equivoca, patina, no acierta… No ha ofrecido soluciones efectivas. Ha apostado por una guerra de nervios a la que habría que poner fin.

 

Es lo que tienen los versos sueltos.

Más en twitter: @javierfumero

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