Cuidado con los golpes de Estado

No tengo dudas: José Manuel García Margallo es uno de los mejores ministros de este Gobierno. Por experiencia, conocimientos, preparación, contactos y capacidad de gestión. Pero sus últimas palabras no me han hecho mucha gracia.

Que el ministro de Exteriores del Gobierno de España declare públicamente que la convocatoria de un referéndum de autodeterminación por parte de la Generalitat de Catalunya sería “un golpe de Estado en términos jurídicos” me parece un exceso.

Entiendo que aquí, a estas alturas, nadie da puntada sin hilo.

Por un lado, la expresión puede ser un mensaje dirigido al exterior (su negociado). Máxime al conocer –como se ha publicado- la preocupación que despiertan, fuera de nuestras fronteras,  las proclamas de don Artur Mas.

Por otro lado, esta salida bien puede ser también un mensaje para consumo interno, dirigido a salpimentar la campaña electoral del PP en Cataluña, que pretende seducir a los 400.000 votantes que los ‘populares’ pierden sistemáticamente entre las elecciones generales y las autonómicas en aquella región.

Lo entiendo.

Pero con esto y con todo, insisto: el fin no justifica los medios. Utilizar la palabra golpe de Estado es algo muy serio, que no va dirigido precisamente a calmar las aguas ni facilitará que se rebaje la tensión.

Y falta nos hace. Que de pirómanos, andamos sobrados.

Más en twitter: @javierfumero

 
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