Montoro, vete ya

Lo digo con todos los respetos, de verdad. Creo que el señor Cristóbal Montoro no está ya para ejercer como ministro del gobierno español.

Por lo menos, al que esto escribe, le da mucha vergüenza que alguien con este talante sea depositario de una parte de ese poder que emana del pueblo.

No hablo de su capacidad profesional, de la que me hablan bastante bien. Su dedicación y entrega –aseguran quienes mejor le conocen- es considerable. Es listo y hábil. Es competente, me dicen.

Sin embargo, sus formas son horrendas. No es cosa menor, porque la esposa del Rey Rajoy también debe parecer que es buena. No sólo serlo.

Montoro despotrica, falta al respeto, ningunea, desprecia, maltrata al adversario político. Eso no puede ser. Siempre con ese tono altanero, displicente.

Para la historia parlamentaria quedará el exabrupto que este martes le dedicó a Pedro Sánchez: “Usted sube aquí para decir mandangas”.

Es un horror. También porque con el paso de esta legislatura el ministro Montoro no ha ido a mejor. Todo lo contrario.

Todavía recuerdo una intervención de hace unos meses en la que, desde esa atalaya de quien ha viajado en business class y tú no, se dirigía a los diputados pidiéndoles tranquilidad, que ya se marchaba… Se engolosinaba haciéndoles rabiar. Disfrutaba del momento.

Un servidor público no debe perder nunca la humildad, el sentido de privilegio por el puesto que ocupa. Se debe a los ciudadanos por eso debe actuar siempre con corrección y compostura, con elegancia incluso. Dando ejemplo de moderación y juicio. Si uno no es templado, si no puede contener su ira, su lengua, su actitud… el parlamento no es su sitio.

Esto, dicho –insisto- con todos los respetos, vale para el señor Montoro y para todos los que juegan a la kale borroka parlamentaria.

Más en twitter: @javierfumero