Javier Fumero

Oye, que el PP no se hunde

Una encuesta publicada este lunes por el diario La Razón demostraría que el PP está logrando minimizar los daños. No es que el barco no se hunda es que flota y hasta con cierta dignidad.

El trabajo de campo ha sido realizado por NC Report entre el 25 y el 29 de agosto. Han sido 900 llamadas telefónicas realizadas por toda España.

El sondeo concluye, a tres meses de las generales, que el PP ganará los comicios con el 32,1% de los votos. Más de 7,72 millones de españoles volverán a confiar el gobierno de España al actual Ejecutivo, un 61,8% de los que ya lo hicieron en 2011.

Eso significa que el partido de Mariano Rajoy pasará de 186 a entre 138 y 141 parlamentarios. La abstención es el principal destino de los votantes del PP que se marchan (un 18,6%). Otros se van a Ciudadanos (un 12,1%). Por sectores generacionales, el PP es la primera opción para los rangos de mayor edad, entre 45 y 64 años (24%) y los mayores de 65 años (32,9%).

Otros datos relevantes del estudio. El PSOE obtendría el 24,9% de los votos y mantendría el 67,3% de los votantes que confiaron en Rubalcaba en 2011. Pero sufre una acusada fuga del electorado hacia Podemos –13,2%– y hacia la abstención –9,7%-.

Según NC Report, Podemos vuelve en agosto a niveles de hace tres meses, cediendo cuatro décimas. Con un 12,1% de los sufragios se consolidaría como tercera fuerza. Este resultado le valdría a la formación morada hasta 32 parlamentarios en el Congreso de los Diputados. De los 2,9 millones de españoles que confiarían en Iglesias como jefe del Ejecutivo, un 31,7% proviene de ex votantes del PSOE, un 23,5% de ex votantes de IU y un 23,4% se estrenaría en el derecho al sufragio.

Ciudadanos se mantiene como la cuarta fuerza con un 10,4% de los votos, pero experimenta uno de los descensos más acusados –de 1,4 puntos– respecto al barómetro anterior. Obtendría una representación parlamentaria de hasta 23 diputados.

Las encuestas son sólo eso: rastreos, toma parcial de datos sobre el estado de ánimo de los ciudadanos en un momento concreto. Pero seguro que en La Moncloa hay satisfacción por las cifras que aquí se manejan.

Personalmente, un servidor no se fía un pelo de los sondeos. Llevamos demasiado años asistiendo a demasiados descalabros demoscópicos que siempre, no se sabe cómo, encuentran justificación: o el voto oculto desvirtuó las muestras o la horquilla incluía esa variación final.

 

Sin embargo, a mí lo que me preocupa es la llamada “cocina”. Es esa interpretación libre de los fríos datos que aparecen en el papel lo que permite elaborar una tabla para darle a este o aquel partido el empujón anímico que necesita. Dentro de unos meses veremos si aquí Ferrán Adriá se ha pasado con la sal o no.

Más en twitter: @javierfumero

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