Javier Fumero

Pedro Sánchez juega al vedetismo

Lo pudimos comprobar este miércoles. Pedro Sánchez se sabe la estrella. Y lo sabe. Lo sabe y se regodea. Mide los tiempos. Se hace de rogar. Calcula con mimo las palabras. Sugiere lo justo. Se muestra pero se esconde.

Esta estrategia le está dando resultados… después del castañazo. Tras ser derrocado como secretario general del PSOE se marchó de vacaciones. Pero a su vuelta, no se ha dejado ver. Ha estado escondido. Tampoco se pone al teléfono. Incluso tiene en ascuas a muchos amigos.

Todo este juego ha generado una gran expectación. ¿Qué piensa hacer ahora? ¿Qué votará el sábado? ¿Disputará a Susana el liderazgo del PSOE? ¿Está en la ‘Operación Borrell’ o es alternativa?

Ayer dio plantón al grupo parlamentario socialista. No acudió a la cita. Otro mutis. Llegó al hemiciclo raspando la hora. Fue abordado por las cámaras que se arremolinaron a su alrededor. Ante los micrófonos, midió mucho sus palabras. Dejó espacio a la especulación. Hoy jueves votará no. El sábado, ya veremos.

Me cuentan que existe una posibilidad, que le permitiría mantener todos los focos centrados sobre él: no acudir a la votación decisiva del sábado. Como protesta.

Sea de ello lo que fuere, la cuestión clave es si asistimos a las últimas cabriolas de un político ‘quemado’ y ‘achicharrado’ para siempre o si a este señor le queda cuerda para rato.

Lo cierto es que ahora, gracias a la abstención del PSOE que demoniza, ha logrado amarrar un sueldo de diputado para los próximos cuatro años. No está nada mal.

Más en twitter: @javierfumero

 
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