Javier Fumero

Pellizcos de facultad en Podemos

Vista desde fuera, la batalla que se está librando en Podemos, con la mirada puesta en Vistalegre dos, puede presentarse incluso como algo de guay, propio de una formación joven que, ni en esto, tiene que ver con la casta.

En Podemos, podría decir alguno, todo es transparente, nada se impone desde bambalinas, nadie maneja los hilos mientras simula un debate público de cartón piedra para dar el pego.

No. En Podemos somos genuinos. No tenemos miedo a hablar las cosas, a que se nos vea discutir. Somos así: llanos, comunes y corrientes.

Eso está bien. El problema es que lo que se observa en la pugna por definir lo que será Podemos a partir de ahora se asemeja más a una simple guerra de Facultad universitaria.

No es bueno generalizar, pero llevamos años oyendo hablar de este tipo de juego de tronos, mezquino, caciquil y cortoplacista, en que se han convertido algunas áreas, de algunos centros superiores. Se comportan como auténticos reinos de taifas.

En algunos departamentos de Políticas de la Complutense, por ejemplo, reina poco el debate de ideas, la integración de distintos pareceres, la búsqueda de la verdad en el otro. Lo que prima es mi visión de las cosas. El que no está conmigo está contra mí y es expulsado, liquidado, pasado por la piedra.

No se intentan incluir aportaciones originales o creativas, cuantas más mejor. Sino que sean de mi bando. La investigación docente no busca acercarse a la realidad de las cosas sino la consolidación de un punto de vista concreto.

Como digo, todo esto me recuerda a lo que está pasando en Podemos.

Más en twitter: @javierfumero

 
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