El Príncipe Felipe hace los deberes con Cataluña

Así, a la chita callando, el Príncipe Felipe está haciendo los deberes en un tema crucial para España. En los tres meses y medio que llevamos de 2014, el heredero ha ido ya cinco veces a Cataluña. Es una proporción enorme. Si el heredero siguiera a este ritmo, en diciembre habría estado allí casi veinte veces.

¿Por qué tantas visitas? Lo ha explicado él mismo, ante personas de su confianza. Don Felipe ha manifestado su preocupación por el clima de tensión que existe entre la Generalitat y el Ejecutivo de Mariano Rajoy con motivo del desafío soberanista de Artur Mas.

El Príncipe ha dicho, en esos ámbitos reservados, que iba a implicarse todo lo que estuviera en su mano en intentar suavizar esta situación de malestar. Por lo pronto, dijo, la familia real debe tener una presencia más destacada en Cataluña. Esa ha sido una de sus conclusiones. Y a ello se ha puesto.

Su agenda nacional se centra desde hace semanas en Cataluña. El último acto tuvo lugar el pasado lunes. Acudió a la inauguración de la nueva sede de la multinacional de perfumería y moda Puig, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Allí terminó brindando con el presidente Artur Mas.

Durante el discurso de ese día, Don Felipe cuidó los detalles y alternó el castellano con el catalán. Don Felipe se expresa con desenvoltura en inglés, habla francés como segunda lengua extranjera y tiene conocimientos de gallego, euskera y catalán.

Otra demostración de que se toma muy en serio su cometido: lleva tiempo recibiendo clases de esa lengua.

Son buenas noticias, digo yo.

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