Soraya lo ha vuelto a hacer

Horas después de conocerse el accidente del Airbus A320 de la compañía Germanwings que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf, el Gobierno español anunció la creación de una célula de crisis en Moncloa.

Al frente de este gabinete Rajoy situó –cómo no- a Soraya Sáenz de Santamaría. Y la vicepresidenta lo ha vuelto a hacer. Hay que reconocerlo.

Su primera comparecencia pública, por la tarde, fue todo un ejemplo de lo que se debe hacer en una gestión de crisis.

Lo primero que hizo Soraya fue asumir el punto de vista del público. Los expertos recomiendan no quedarse sólo en los hechos objetivos sino valorar –como un hecho más- las percepciones, el modo en el que las personas están entendiendo las cosas. Y la gente, en ese momento, estaba perpleja, demandaba información.

Soraya inundó su primera rueda de prensa de datos. Se convirtió en fuente informativa, algo clave en el manejo de una situación delicada: anunció el viaje de Rajoy a Francia, el desplazamiento de Ana Pastor al lugar de los hechos, el decreto de tres días de luto, una conversación del presidente con Hollande, la organización de equipos de trabajo, los datos en poder de los investigadores franceses, la prioridad en la atención psicológica de los familiares…

Fue una avalancha de detalles y pormenores. Se ganó la confianza de los ciudadanos y por eso nadie abrió ningún melón: ¿se nos está ocultando algo? ¿ha habido negligencias? ¿estamos preparados para algo así? ¿se pudo evitar la tragedia? ¿hay algo que temer?

Soraya tranquilizó a los españoles. Fue didáctica en sus explicaciones. Se puso al nivel de los que le escuchaban. También mostró compasión: muy importante para quien está pilotando un drama de estas proporciones.

Lo dicho: impecable. Lo ha vuelto a hacer.

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