Javier Fumero

Los árboles de Manuela Carmena

Dicen que la mentira tiene las patitas muy cortas. Y también que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Creo que estos dichos se aplican perfectamente al dudoso arte de la demagogia, al uso de argumentos falaces y tramposos con el fin de obtener un beneficio o dañar a un rival político.

Tenemos un ejemplo reciente: la caída de árboles en Madrid.

Los primeros incidentes por el desplome de ramas en la capital comenzaron a registrarse hace más de un año: en 2014. El 21 de junio un hombre de 38 años, militar, que esperaba en el Parque del Retiro a su mujer junto a dos hijos de corta edad murió por el impacto de un árbol. Desde ese día se produjeron una quincena de sucesos. En agosto de ese mismo año, cinco personas, entre ellas un niño, resultaron heridas al ser golpeadas por una rama que se  desprendió de un árbol de la calle Montera.

La alcaldesa de Madrid por aquellas fechas, Ana Botella, parafraseó al jefe de horticultura del Real Jardín Botánico y dijo: “es normal que todos los años se caiga un cierto número de ramas en esta época”.

Y se le cayó el mundo encima. Ana Botella aseguraba que era normal que cayeran ramas sobre los viandantes, justificaba los muertos. Claro, porque son cosas que pasan…

Torpes palabras, cierto. Fáciles de descontextualizar y ser arrojadas contra quienes las pronuncian. Pero el hecho es que el que era.

Un año después, podemos confirmar una cosa: el cambio de signo político en un ayuntamiento no sugestiona a la naturaleza. Los árboles siguen cayendo sobre los madrileños aunque la entrañable Manuela Carmena haya sido investida alcaldesa de la capital.

Un experto en demagogia haría su agosto –nunca mejor dicho- con el suceso del fin de semana pasado: hasta 605 árboles cayeron en la capital por un soberano temporal de aquí te espero. 185 fueron derribados o tronchados, 12 quedaron inclinados y 413 perdieron ramas.

Un hábil manejo de la oratoria permitiría hacer sangre sobre la nueva regidora:

 

-- Si tan grave les pareció la gestión de Ana Botella en el pasado, ¿por qué su equipo se ha demorado tanto en tomar medidas para evitar nuevas tragedias? ¿Por qué no ha habido todavía dimisiones?

-- En vez de andar de viaje de placer por Argentina, sacándose fotitos con Cristina Kirchner para promocionar su nuevo libro, la alcaldesa debía haber estado al frente del consistorio. Eso le hubiera permitido reaccionar con más prontitud ante esta emergencia. Para eso le hemos confiado la casa de todos.

Los árboles de Carmena, como se puede ver, también tienen las ramitas muy cortas.

Más en twitter: @javierfumero

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