Javier Fumero

A chirona los banqueros

Les ha tocado a ellos pero podían haber sido otros. Tres ex directivos de Novacaixagalicia, José Luis Pego, Gregorio Gorriarán y Óscar Rodríguez, el ex presidente de la entidad Julio Fernández Gayoso, y el asesor jurídico Ricardo Pradas, fueron condenados por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

La sentencia hablaba de dos años de prisión por “autoconcederse” indemnizaciones multimillonarias antes de abandonar la entidad. Modificaron sus contratos de alta dirección y se repartieron más de 22 millones de euros en concepto de prejubilación.

Hubo nocturnidad y alevosía porque por aquel entonces la entidad estaba sumida en un proceso de fusión y se habían pedido 1.100 millones de euros al Frob para rescatar la entidad.

El caso tiene su miga porque la sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo en septiembre, pero indicando –ojo al dato- que lamentaba lo excesivamente benigna que había sido la sentencia en cuanto a las penas impuestas. El Supremo no podía intervenir y subirlas pero el mensaje ha surtido efecto.

Ahora, contra todo pronóstico, se ha denegado el beneficio de la suspensión de la ejecución de las penas de prisión impuestas cuando, en estos casos, suele ser lo habitual.

Quizás los magistrados han tenido en cuenta algunos agravantes. Por ejemplo, el hecho de que los condenados no hayan devuelto ni un solo euro del dinero apropiado indebidamente.

En cualquier caso, a uno le parece muy bien todo esto.

También por el valor pedagógico que tienen las sentencias. Nos recuerdan que existen unas reglas del juego, un manual de instrucciones que dicta la manera honesta y honrada de vivir. Y el que se salga del carril pagará por sus atropellos.

Que tomen buena nota, por ejemplo, todos aquellos financieros que esperan juicio y sentencia por actuaciones sospechosas. Tengo especialmente presentes a la cúpula de la CAM, la Caja de Ahorros del Mediterráneo. El fiscal pide siete años y medio de cárcel para dos directores generales por estafa y falsedad contable.

 

En esa caja pasaron cosas muy feas y durante la investigación hubo desplantes, malos modos y hasta actitudes desafiantes y chulescas. Como de quien se considera que está por encima del bien y del mal. Si se logran probar los desmanes, la justicia deberá caer con todo su peso. Por nuestro bien.

Así debe ser para todos. También para los banqueros indecentes.

Más en twitter: @javierfumero

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