Javier Fumero

El escándalo Volkswagen se ha cerrado en falso

Houston, tenemos un problema. Y grave. A ver si ustedes coinciden conmigo.

Vivimos en una sociedad que marcha a gran velocidad. Ahora prima lo instantáneo. Eso nos lleva a ser más livianos en los análisis. Tan etéreos que podemos caer en la superficialidad. Falta tiempo para reflexionar, para ir al fondo. Uno llega a más cosas, somos impactados por más mensajes, pero hemos perdido en profundidad. Y eso no es bueno.

Un ejemplo. El pasado mes de septiembre se destapó un escándalo de enormes proporciones: la mítica marca de coches Volskwagen manipuló durante años las emisiones de gases contaminantes de sus vehículos diesel en Estados Unidos gracias a un complejo sistema informático instalado en la centralita de los coches. Fue un acto ejecutado con nocturnidad y alevosía.

Aunque su presidente entonces, Martin Winterkorn, se declaró asombrado, este fin de semana se ha sabido que mintió: estaba perfectamente informado desde mayo de 2014 de la investigación de los funcionarios de medioambiente norteamericanos. Y no hizo nada. Según el diario Bild, un alto ejecutivo del grupo le remitió un escrito donde le avisaba de que les podían pillar por la instalación del software en los motores.

Lo más grave de todo es que este turbio asunto no ha servido para nada verdaderamente útil. Cinco meses después podemos constatar que nadie ha estado interesado en ir al fondo del asunto. ¿Qué falló en la compañía? ¿Por qué se llegó a esta situación? ¿Quiénes tomaron estas decisiones? ¿Qué tipo de personas? ¿Con qué formación? ¿Qué código ético y moral los guiaba? ¿Qué remedios se han puesto? ¿Qué medidas se han tomado para sanar estos males?

Nada. No hay respuestas. Y lo peor de todo: nadie parece haberse preocupado de formularlas.

Tampoco es baladí que ninguno de nosotros hayamos exigido más. Esto va tan rápido que el asunto Volkswagen está prácticamente amortizado a nivel de opinión pública. Algunos han pagado por ello, se ha entonado públicamente un ligero ‘mea culpa’ y a otra cosa, mariposa. No hay tiempo que perder.

Esto no es bueno, insisto, porque así no se erradican los males más graves de una sociedad.

Más en twitter: @javierfumero

 
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