La gente no entiende a Rajoy

Ha vuelto a pasar. Parece que nuestros gobernantes no aprenden.

Hay un analista político de gran prestigio en los Estados Unidos llamado Frank Luntz que sostiene lo siguiente: en política (y en la vida) lo importante no es lo que dices sino lo que la gente entiende.

Si uno quiere aumentar las ventas de una empresa, ganar unas elecciones, motivar a sus empleados o conseguir un aumento de sueldo, debe encontrar y utilizar las palabras adecuadas. En caso contrario, fracasará.

En este sentido digo que el PP ha vuelto a demostrar que le cuesta sintonizar con los ciudadanos. Gobernar es tomar decisiones pero también explicarlas de forma que se entiendan.

Pues bien. Se trataba de presentar “los presupuestos más austeros de la democracia española”, un recorte sin precedentes, un ajuste al parecer necesario para salvar a España de una intervención.

Sin embargo, no ha sido ese el titular que han transmitido los medios de comunicación sino otro bien distinto: el PP promueve una amnistía fiscal. El Ejecutivo va a permitir a los evasores que afloren su dinero pagando solo entre el 8% y el 10% de penalización.

Y ahí está la hemeroteca para sacarles los colores a Rajoy y a Cospedal. Ambos se manifestaron en 2010 de forma furibunda contra esa posibilidad, resaltando lo injusta de la medida y lo ineficaz de su propuesta.

Rubalcaba y la oposición en bloque no han dejado pasar la oportunidad y han explotado de forma inteligente el segundo gran bochorno de este gobierno, tras la subida del IRPF.

Otra vez vuelve a equivocarse el PP en la comunicación.

 

Se podía haber hecho hincapié en que las cosas no están como en 2010, en que el agujero dejado por la Administración Zapatero exige rebañar millones y lograr ingresos, de dónde sea. Las cosas han cambiado en dos años y estamos en una situación de emergencia.

Se podía haber recordado que si incoherente puede parecer ahora el cambio de opinión del PP ante esta medida contra el fraude fiscal, vergonzoso resulta también el giro del señor Rubalcaba, que en 2010 estaba en el Ejecutivo que se posicionó muy en serio a favor de esta disposición.

Se podía subrayar, además, que el PP implanta ahora lo que dos ministros socialistas –ambos muy de izquierdas,  muy del pueblo, muy solidarios- llevaron a cabo en su momento. Miguel Boyer (en 1984) y Carlos Solchaga (en 1991) ofrecieron regularizaciones para el dinero negro. Y eran del PSOE, muy amantes del Estado de Bienestar.

Sólo la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, Marta Fernández Currás, ha ofrecido al diario ABC una explicación interesante: se trata –ha dicho- de una medida excepcional para una situación excepcional; se trata de recaudar más sin penalizar la actividad económica; la alternativa a esta amnistía era subir el IVA pero eso penaliza el consumo y es más injusto porque grava a todas las familias por igual, a ricos y a pobres.

Lo repito una vez más: los primeros pasos del Partido Popular al frente del país se están caracterizando por una cierta torpeza a la hora de explicar sus políticas, de digerir los tropiezos, de coordinar los anuncios, de evitar las contradicciones, de moderar sus reacciones.

La gente no les entiende. Y se les acaba el crédito.

Más en twitter: @javierfumero

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