Javier Fumero

Algo huele a podrido en Andalucía

La frase apareció por primera vez en ‘Hamlet’, el drama trágico escrito por el célebre dramaturgo inglés William Shakespeare en 1601, pero referido a Dinamarca. Aquí llevamos años hablando de Andalucía y la pestilencia que emerge del sur, la única gran comunidad que no ha sufrido un revolcón por culpa de la corrupción, aunque motivos no faltan.

Ahora el juez instructor de los ERE en el Tribunal Supremo, Alberto Jorge Barreiro, ha anunciado que los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán cometieron un delito de prevaricación administrativa. Los mismos indicios ve contra los ex consejeros andaluces y diputados Gaspar Zarrías y José Antonio Viera. Para este último, el juez entiende que, además, hay indicios de que pudo cometer malversación de fondos públicos.

Según el magistrado, el Gobierno andaluz cometió “auténticas ilegalidades”. Durante diez años, de 2000 a 2010, se articuló una auténtica trama para conceder ayudas socio-laborales a empresas y particulares que éstos no debían recibir.

El juez relata cómo el sistema legal de subvenciones se fue modificando para convertirse con el paso del tiempo en la figura de transferencias de financiación, con una ausencia del control propio de las subvenciones. El juez recoge también las 22 modificaciones presupuestarias que se aprobaron a lo largo de estos años y que resultan relevantes para configurar el delito de prevaricación.

Será muy bueno para España que la justicia haga su trabajo en la dinamarca española, que el tribunal limpie, pula y dé esplendor por allí abajo. El día que salte por los aires esa red clientelar de subvenciones, ayudas y prebendas que sostiene a un partido socialista que gobierna en la región desde 1978, todos saldremos ganando. Pero en primer lugar, el PSOE.

Más en twitter: @javierfumero

 
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