Javier Fumero

La izquierda sí puede ser machista

Me repugna el recurso al “y tú más”. Es poco inteligente y simplón. Pero no se me ocurre una forma mejor de protestar por algunas actitudes recientes. Fíjense bien.

El alcalde socialista de Lozoya del Valle, un pueblo de Madrid, ha pagado con dinero público un espectáculo organizado  durante la cena de Navidad para jubilados del municipio en el que intervino una vedette que, tras bailar con un traje con el que simulaba estar desnuda, se quitó efectivamente la parte superior del vestido.

José Manuel Jiménez, que así se llama el edil, no ha tenido reparos en ‘calentar’ a los mayores de la localidad, sin reparar en que con esta decisión alimenta ese tic machista que convierte a la mujer en simple objeto de goce sexual, destinado a la satisfacción de los instintos.

De hecho, no sabemos si esa chica de la actuación se llama Tatiana, es madrileña, diplomada en artes liberales, escritora o aficionada al baloncesto. No sabemos nada de eso porque ella fue invitada por otros atributos. Gracias al regidor del PSOE y a varios vídeos que circulan por se puede conocer el tamaño de sus pechos. Degradante e indigno.

¿Han visto alguna protesta pública de fuerzas políticas de la izquierda? Yo tampoco. ¿Se imaginan que algo así hubiera sucedido en una alcaldía gobernada por el Partido Popular? Los reproches estarían ya incendiando las redes sociales: “viejos verdes capitalistas”, “carcas cachondos hijos del franquismo”, “cavernícolas degenerados de la derechona”…

Algo parecido me ha pasado con esa reunión reciente de empresarios chilenos que la semana pasada regaló al ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, una muñeca hinchable con la boca tapada. El monigote llevaba un cartel con la leyenda: “para estimular la economía”.

En el acto se encontraban siete autoridades chilenas, entre ellas dos candidatos a la presidencia, hubo foto de grupo y carcajada general. Es de aurora boreal. No hay que olvidar que la presidenta de Chile es la mismísima Michelle Bachelet, la primera presidenta de ONU Mujeres, la organización creada por Naciones Unidas para abordar las cuestiones de igualdad.

El caso se ha liquidado con algunas protestas y varias caras de enfado. El ministro ha pedido disculpas y Bachelet se ha declarado indignada. ¿Es suficiente? Yo creo que no.

¿Se imaginan si algo así hubiera pasado en España con un gobierno del PP? Estaríamos, con razón, ante una sucesión de peticiones de dimisión en cadena. La presión sería insoportable. Se hubiera producido hasta una intervención de Naciones Unidas y se hubieran exigido responsabilidades de alto nivel. Faltaría más.

 

No me parece bien esta doble vara de medir.

Más en twitter: @javierfumero

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