Javier Fumero

A mamporros

En la madrugada del miércoles estalló un artefacto en el Ayuntamiento de Baralla, en Lugo, provocando importantes daños materiales. Los investigadores no tienen dudas: se trata del movimiento independentista Resistencia Galega.

Este grupo, muy aficionado a las bombas, lleva varios años aumentando su nivel de violencia. Los informes policiales hablan ya de una auténtica banda armada, especializada en actuaciones de lucha callejera, kale borroka y colocación de explosivos.

La Comisaría de Información lleva tiempo dedicando especial atención a esta organización y creó una sección especializada para combatirla. Los agentes tienen 14 cabecillas fichados y han contabilizado unos 40 atentados atribuibles a la banda armada.

Todo empezó en plan anarquista, justificando la violencia: mamparas rotas, cajeros reventados, marquesina destrozadas, contenedores incendiados. Un modo de proceder que es primo-hermano del amigo Sánchez Gordillo, aquel iluminado que asaltó dos supermercados en Andalucía para criticar el sistema dando caña: comida para el pobre porque el mundo se muere de hambre.

Es una deriva impresentable y tramposa. Digámoslo otra vez, alto y claro. En democracia no hay atajos ni excusas que valgan. No se puede utilizar la violencia como medio de expresión. Nunca.

Ni escraches en la puerta de casa, ni zarandeos y empujones a la salida de un juzgado, ni pintadas o cócteles molotov en las sedes de partidos (de ninguno), ni bates de béisbol, ni adoquines, ni tirachinas con rodamientos. Ningún hombre de bien puede defender el recurso a ninguna de estas prácticas.

No estarán de acuerdo con este planteamiento –ya lo sé- los antisistema. Pero ellos no van a entenderlo porque su objetivo es precisamente dinamitar la democracia, el recurso al diálogo, el entendimiento. Su objetivo es quebrar los cimientos del estado de derecho.

Hay quien sostiene que se está exagerando, que Resistencia Galega son cuatro amiguetes excluidos socialmente y poco más. No es verdad. Si tienen cinco minutos les recomiendo que se den una vuelta por esta noticia que publicamos hace un año: impresiona comprobar el grado de maduración que ha adquirido el movimiento anarquista en nuestro país.

Muy atentos, por tanto, a quienes se alinea al lado de los violentos y los defiende. Porque se vuelven cómplices de sus mamporros. Eso está pasando hoy. No es la primera vez.

 

Más en twitter: @javierfumero


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