Javier Fumero

No hay mejor karanka que Soraya Sáenz de Santamaría

Soraya Sáenz de Santamaría realiza un trabajo ingente en La Moncloa pero siempre desde un segundo plano. Apenas chupa cámara, su trabajo consiste fundamentalmente en picar piedra. Aplicada, discreta, diligente, eficaz, acapara poder como nadie en el Ejecutivo. Pero sobre todo, es la karanka de Rajoy.

Aitor Karanka fue el segundo entrenador del Real Madrid cuando el polémico José Mourinho dirigió al club merengue. Desde ese momento, se puso de moda la expresión “hacer un karanka”: dícese del acto de mandar a tu segundo a dar la cara cuando hay problemas (que fue exactamente lo que pasó con Mourinho y su comodín). Karanka tuvo que tragar ruedas de prensa de lo más violentas en plena vorágine provocada por su señorito.

Soraya es igual. La vice tiene perfectamente asumido que su trabajo consiste en eso: en asumir marrones, solucionar problemas y evitar que su jefe se calcine.

Y lo hace estupendamente, todo hay que decirlo. Díganme si no, qué Portavoz del Gobierno español ha salido –todas las semanas, durante casi tres años ya- a dar la cara ante la prensa (precisamente esa ‘cara’ que el presidente es tan poco amigo de dar) sufriendo tan poco desgaste.

No lo hay. Soraya permanece inmaculada. No mete la pata. Entra a los temas pero se los prepara tan bien (sería de justicia felicitar también a ese equipo de asesores que trabajan entre bambalinas) que suele salir incólume: ni un patinazo, ni un exabrupto, ni un desliz... Nada. Eso, se mire por donde se mire, no tiene precio.

Pero a todo esto hay que sumarle hoy otra muesca. La entrega a la causa que demuestra la karanka de Rajoy no parece tener límites. Este lunes, Carlos Herrera entrevistó a Soraya para su programa en Onda Cero. Le preguntó sobre su futuro y, más concretamente, sobre si piensa en una eventual candidatura a la Alcaldía de Madrid.

De forma sintética, su respuesta fue la siguiente:

-- Ella se centra en su trabajo y no piensa en esto. Además, son los órganos del PP los que deciden los nombres. Los demás (incluida ella misma) son disciplinados: están a lo que ellos decidan. Es lógico que se barajen todo tipo de nombres, basados en encuestas o listillas. Pero ella está a lo que está y no dedica tiempo a estas disquisiciones, que bastante tiene.

Esta chica no tiene precio. No me lo negarán. Está a lo que diga el presidente. Prietas las filas. A pesar de lo bien que se está pisando alfombra en el Ministerio de la Presidencia.

 

Más en twitter: @javierfumero

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