La mujer de Rajoy
Reconozco que el personaje me intriga. Ya dejé por escrito al inicio de la legislatura mi convencimiento de que la mujer de Rajoy nos iba a sorprender por su discreción. Y así ha sido. Fíjense: casi cinco años en Moncloa y apenas se le conoce un titular.
Apenas hemos oído hablar de ella y aclaro lo que una vez me contaron en Moncloa: no es que le falte carácter. Ni mucho menos.
Elvira Fernández Balboa es una mujer con mucha personalidad, ideas propias y autonomía. Los que la han tratado más de cerca hablan de una persona “perspicaz”, “inteligente”, “muy lista”, pero rabiosamente celosa de su privacidad y la de los niños.
No se ha contado (y algún día habrá que hacerlo) el importante papel que ha jugado junto a su marido. De apoyo. Ha sido un bastión en los peores momentos políticos de Mariano Rajoy. Un ejemplo ilustrativo fue aquella aparición en el balcón de Génova la noche electoral de las generales de 2008, tras la durísima derrota ante Zapatero. Ella quiso estar allí, lo dejó muy claro.
No es que haya estado desaparecida. Alguna vez se le ha visto en viajes oficiales, actos de partido, mítines, citas relevantes… pero todo con una exquisita discreción, sin que se le pudiera escuchar una voz más alta que otra.
Algo similar sucedió con Sonsoles Espinosa, la consorte de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero ‘Viri’ ha ido incluso un paso más allá en este tono de reserva y recato.
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