Javier Fumero

Qué políticos más mediocres tenemos

Hace unos días hablaba con una persona joven, animosa, con cabeza y muy buenas intenciones, a la que le apasiona la política. Me comentaba su frustración y la gran decepción que tenía al constatar el bajo nivel de nuestros servidores públicos.

Me habló de un caso que conocía bien: la reciente constitución de una ejecutiva provincial de un gran partido con presencia en el Congreso de los Diputados, integrada casi al completo –decía- por políticos mediocres. Gente sin preparación, poco brillante, nula experiencia profesional, sin ideas… ¡Un horror!

Como estas carencias son patentes, a la vista de cualquiera, a su juicio sólo pueden haber sido elegidos por dos motivos: a) para que nunca hagan sombra a la dirección provincial; y b) por su docilidad.

Hay personas muy valiosas en la vida política nacional. Personas abnegadas que están dispuestas a renunciar a grandes sueldos por servir en la cosa pública para hacer de este país un lugar mejor. Pero no son mayoría, me temo. Y eso no es bueno para España.

Recuerdo que hace unos años circulaba por ahí un relato bastante ingenioso sobre un muchacho que terminaba el colegio y no quería ir a la universidad. Estaba cansado de estudiar. Se lo dijo a su padre y este le amenazó

-- ¿Ah? ¿No quieres estudiar, so bruto? Bueno, pues yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar. ¿Me oíste?

El padre, que era un político con mucho dinero y con amigos muy  influyentes, trató de conseguirle un empleo y para ello habló con uno de los compañeros de su partido. Le dijo:

-- Rodríguez, ¿Te acuerdas de mi hijo? Bueno, pues terminó el colegio y no quiere estudiar más. Si puedes, necesitaría que le consiguieras un puesto para que empiece y no esté por ahí haciendo el vago ¿me entiendes?

A los tres días llama Rodríguez:

 

-- Toño, ya tengo el trabajo para tu hijo. Asesor del Presidente del gobierno. Unos 15.000 € al mes. ¡¡¡¡¡¡Qué bien, ¿verdad?!!!!!!

-- No, no fastidies Rodríguez! ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo. Además, con mucho dinero se va a echar a perder.

A los dos días, de nuevo llama Rodríguez:

-- Toño, ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Asistente Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, 7.000 € al mes…

-- ¡Noooo Rodríguez!, ¡Acaba de terminar el colegio! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de volver a estudiar, ¿me entiendes?

Unos días después:

-- ‘Toño, ahora sí,  ya está’… Le conseguí el puesto de Jefe de Compras en la Secretaría de Comunicaciones, claro que el sueldo es bien bajo… Serán 2.500 € mensuales, nada más.

-- Pero Rodríguez, ¡por favor! Consígueme algo más modesto. Está empezando… Algo de unos 700 € ó 800 €.

-- Noooooo, eso es imposible, Toño!!!!

-- ¿Por qué?

-- Porque esos cargos son por concurso. Necesita: currículum, inglés, título universitario, haber hecho por lo menos un máster o un post-grado en el extranjero… disponibilidad de horario y por supuesto, experiencia previa. Lo llevas claro, Toño. Trabajos así no se consiguen tan fácilmente…

Más en twitter: @javierfumero

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