Javier Fumero

El riesgo: mitad del PSOE para Ciudadanos y mitad para Podemos

La situación es tan delicada que podríamos estar asistiendo a la disolución del Partido Socialista Obrero Español tal y como lo hemos conocido hasta ahora. El riesgo de demolición es grande y las heridas de esta asonada interna podrían dinamitar el partido.

Estaríamos hablando de un escenario en el que Ciudadanos asumiría el actual papel del PSOE al quedarse con los votantes socialistas de centro izquierda. Podemos, en cambio, aglutinaría a los votantes más izquierdistas de la formación de la rosa.

Ojo. Es lo que algunos llevan tiempo intentando. Pablo Iglesias, por ejemplo, corteja desde hace más de un año a este colectivo. En esta estrategia todo vale, desde la renuncia a los primeros planteamientos para moderar el discurso hasta la reivindicación de un posicionamiento ‘socialdemócrata’.

La pregunta es, como algunos han empezado a recordar, si España puede permitirse asistir a la lenta muerte por sangrado público del partido que más tiempo ha gobernado en democracia y ha sido fundamental en el asentamiento de la democracia en nuestro país. Un PSOE centrado y fuerte, capaz de contrapesar al PP y de frenar –especialmente ahora- el auge de los extremismos populistas.

No hay que perder de vista que todo esto sucede en el peor momento para la socialdemocracia europea en general, inmersa en una grave crisis de identidad. ¿Qué supone hoy ser socialdemócrata? ¿Qué implica? ¿Qué los diferencia del resto?

Por ahí fuera tampoco lo tienen muy claro. Algunos ejemplos:

-- Jeremy Corbin ha optado por radicalizar a la izquierda el Partido Laborista británico. Cuando le ha surgido contestación interna, ha convocado un comité y ha salido reforzado: justo lo que pretendía Pedro Sánchez. Pero no ha resuelto el problema. Ahí sigue en la oposición, sin un discurso capaz de atraer más votos.

-- Aquí al lado, en Italia, Matteo Renzi ha emprendido un giro al centro reformista con el Partido Socialista italiano… y las está pasando canutas. El 5 de diciembre se juega su ser o no ser en un órdago de mucho riesgo.

-- Bernie Sanders y Hillary Clinton han estado echando un interesante pulso en Estados Unidos por la nominación, profundizando en el debate sobre la izquierda en ese país como nunca antes se había hecho.

-- El Partido Socialista francés está en las mismas: basta recordar los ataques de la izquierda clásica a la reforma laboral impulsada por François Hollande y Manuel Valls, acusados de traicionar al PS con sus políticas “neoliberales”.

En definitiva, la crisis del PSOE era previsible: hay muchos socialistas por ahí preguntándose también de dónde vienen y a dónde van. Pero el modo en el que ha estallado en España amenaza con laminar la formación entera. Y eso no es bueno.

Más en twitter: @javierfumero

 
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