Javier Fumero

Los tanques por Cataluña, no

El diputado José Manuel García Margallo ha desvelado este miércoles que cuando ejercía como ministro de Exteriores le propuso a Rajoy un plan para evitar la consulta independentista del 9-N: requisar y destruir las urnas y tomar el control de los Mossos d’Esquadra durante 24 horas.

Ahora, ha explicado Margallo, seguiría una estrategia idéntica porque esa consulta –añade tajante- no se debe celebrar.

Entiendo lo que dice García Margallo. Mucha gente en nuestro país piensa así. Pero me extraña que él considere este plan la mejor estrategia habiéndose curtido en la diplomacia europea y habiendo ocupado el puesto de titular de Exteriores.

Los diplomáticos son muy conscientes de que el palo es el último recurso, una opción límite, reservada para situaciones realmente enquistadas y sin vuelta atrás. Utilizar, en cambio, esta maniobra precisamente cuando estás provocando división en el rival es un error de bulto. Los que comenzaban a apoyarte se quedan sin argumentos para seguirte: les cierras la puerta en las narices.

Lo que faltaba al victimismo catalán es poder retransmitir en directo un despliegue de la Policía Nacional por diversas instituciones catalanas, entrando a sangre y fuego en las dependencias para requisar las urnas de cristal. No son modos. Sólo ganas tiempo. Y creas independentistas a puñados.

Por esto pienso que muy pocos valen para negociar. El oficio de diplomático está reservado para especialistas con mucho temple, sangre fría, visión de futuro. Personas que no se dejen llevar por las provocaciones, que sepan encajar… aunque alrededor haya muchos que te estén diciendo que te falta testosterona, que eres un pusilánime y un tibio excesivamente contemporizador.

Más en twitter: @javierfumero

 
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