Reuniones informales de oficiales

Nervios entre mandos de la Armada por el “fiasco” del submarino S-80

España se arriesga a estar varios años sin sumergibles. Australia ha rechazado el proyecto. Se ha propuesto recurrir al mercado de segunda mano

Prototipo del submarino S-80.
Prototipo del submarino S-80.

El pesimismo entorno al proyecto S-80 se ha instalado en la Armada. El ambicioso programa para dotar de submarinos de última generación a la marina española ha sufrido numerosos reveses, extendiendo las dudas entre los oficiales acerca de su futuro. A día de hoy, algunos de ellos consideran que el programa se debería replantear desde el inicio. Y mientras, recurrir a submarinos importados de segunda mano.


Incertidumbre. Así definen para El Confidencial Digital mandos de la Armada la situación en que se encuentra el futuro arma submarina española. Los buques de la clase S-70 viven sus últimos años de vida, y los retrasos del proyecto S-80 –por los fallos en su fase de diseño- amenazan con dejar a España sin buques sumergibles.

Según ha sabido ECD, oficiales de la marina española han confesado sus nervios por el horizonte que se plantea de cara al final de esta década. Lo han hecho en reuniones informales celebradas en los últimos meses.

En ellas, se han ido poniendo sobre la mesa los continuos reveses que ha ido sufriendo el programa de los submarinos S-80, desde los ya famosos fallos de diseño que provocaron un sobrepeso, obligando al buque a someterse a un alargamiento de eslora de siete metros, hasta los problemas con el sistema de propulsión AIP.

“El proyecto es radicalmente distinto de cómo fue concebido a cómo será entregado. Tanto en capacidades técnicas, en innovación y en el precio previsto” aseguran fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital.

Los problemas del AIP

El sistema de propulsión AIP –Propulsión Independiente de Aire- que equiparán los S-80, por ejemplo, “será mucho menos ambicioso en autonomía de lo previsto inicialmente, que permitía al buque mantenerse sumergido hasta 20 días. A día de hoy, según los ingenieros que trabajan en ello, es prácticamente imposible alcanzar esa cifra” aseguran.

“Un submarino más largo, con menor autonomía y a un coste de entre 750 y 1.000 millones de euros la unidad” concluyen.  Un proyecto que saldrá “demasiado caro a España, y que espantará a cualquier país que pudiera estar interesado”.

Por ello, en los últimos meses se ha venido extendiendo entre los mandos de la Armada el respaldo a la opción de incluso suspender la producción de la serie S-80, rediseñándola desde cero y evitando nuevos sobrecostes y “prisas”. El problema es los tiempos: para finales de esta década, España se quedará sin arma submarina.

Sin submarinos hasta que llegue el S-82

Los buques sumergibles de la serie S-70 que aún quedan en activo –El ‘Mistral’, el ‘Galerna’ y el ‘Tramontana’- han sido ido pasando por talleres en los últimos años para someterse a una gran carena que alargue su vida operativa hasta cinco años. El ‘Tramontona’ fue el último de ellos, y se espera que sea entregado este 2015.

Sin embargo, existen en la Armada dudas razonables sobre estas previsiones, y algunos ven “demasiado optimista” que estos buques continúen en servicio activo cinco años más.

 

“En 2016 nos quedaremos con dos cuando se dé de baja el S-71 ‘Galerna’ –el más antiguo de la serie-, y habrá que llegar hasta finales de década con el Tramontana y el Mistral, contando con rotaciones y reparaciones, y eso siempre que alcancen esos años” aseguran las fuentes consultadas en la Armada.

Recurrir a submarinos de ‘segunda mano’

2020 será, según las previsiones de Navantia, el año en que la Armada reciba el primero de los S-80. Concretamente el S-82Narciso de Monturiol’. Pero en caso de que los S-70 no ‘sobrevivan’ hasta esa fecha, España quedará sin submarinos.

Entre los mandos consultados por ECD existe incluso quien propone que España debería adquirir submarinos de segunda mano –mediante una compra o un contrato de cesión temporal- a otras marinas.

“Hay países que encargaron una renovación de su flota submarina en tiempos de bonanza, y ahora que no los pueden mantener les buscan una salida. Sería una buena opción para no esperar al S-80 con el agua hasta el cuello y que no se corran más prisas que deriven en nuevos errores” aseguran.

Australia ya no quiere al S-80

El último de estos reveses, que se ha conocido hace apenas unos días, es la no inclusión del S-80 dentro de los submarinos candidatos al programa militar de Australia. Pese a que el país oceánico había incluido al buque español entre los candidatos, finalmente ha quedado fuera del concurso, en el que sí se ha invitado a participar a astilleros de Japón -Mitsubishi y Kawasaki-, Francia –DCNS- y Alemania –ThyssenKrupp-.

Quedar excluido del concurso del país que más interés había mostrado por el S-80 supone un “gran revés comercial” para los astilleros españoles, y por alcance para la Armada española tal y como admiten las fuentes militares consultadas.

Hasta ahora existía la esperanza de impulsar las potenciales exportaciones del submarino, de forma que el coste final del proyecto y de toda la inversión en I+D+i que lleva aparejada un diseño de este calado no recayese únicamente sobre España –hasta ahora, y previsiblemente, el único comprador-.


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