Vídeo con torturas en Irak. La investigación apunta a efectivos de la Brigada Extremadura y de la Legión. Hay informes de maltratos de legionarios a prisioneros: capuchas y jeringuillas

La investigación que ha iniciado el ministerio de Defensa sobre el vídeo con maltratos a presos iraquíes se centra, en cuanto a los autores de los hechos, en dos hipótesis: que se trate de efectivos de la Brigada Mecanizada Extremadura y de la Legión. Hay pistas que apuntan a ambas unidades. El juez togado ya investiga el caso.

Los hechos registrados en el vídeo publicado por El País han provocado la creación de un gabinete de crisis en el ministerio de Defensa. Según fuentes de la inteligencia militar a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, se investiga “desde el minuto uno” cuál puede ser la procedencia de las imágenes, quiénes figuran en ella y en qué circunstancias se tomaron.

Veracidad del vídeo

El Ejército de Tierra, tal y como informó Defensa ayer en una nota a última hora de la tarde, ya ha trasladado al juez togado decano de Madrid las primeras conclusiones de la investigación.

En un principio, tal y como ha conocido ECD de esas fuentes militares, en el Estado Mayor de la Defensa se dudó de la autenticidad de las imágenes.

Se contactó entonces con mandos españoles que hubieran estado al frente de las unidades españoles en esas fechas para conocer su parecer. Y poco a poco fueron convenciéndose de la veracidad del vídeo, hasta que ya “no cabe duda de que son reales”.

La Brigada Mecanizada

Según fuentes del ministerio de Defensa, la línea principal de investigación apunta a efectivos de la Brigada Mecanizada ‘Extremadura’ XI como protagonistas de los hechos que se reflejan en las imágenes.

Aseguran que los datos obtenidos en las primeras indagaciones apuntan a que las agresiones se produjeron en los primeros meses de 2004, cuando eran efectivos de esta unidad, con sede en Botóa (Badajoz) los que se encontraban al frente de la base española de Diwaniya, donde se grabó el vídeo.

Las fechas “cuadran más” con esta unidad, que llegó Irak en diciembre de 2003 en el marco de la Brigada Plus Ultra II, y que fue paulatinamente retirándose y siendo relevada por efectivos de la Legión en abril de 2004.

 

Estas fuentes se decantan por esta posibilidad, frente a la de la Legión, a partir del dato de que ninguno de los agresores lleva barbas, típicas de la Legión y más en esas misiones, ni se aprecian en la uniformidad de los protagonistas rasgos característicos, como pueden ser las mangas de la guerrera remangadas.

Se investiga también a la Legión

Otra de las líneas de la investigación, según las fuentes de la inteligencia militar consultadas por ECD, apunta a la Legión.

Las pistas que apuntan a este Cuerpo se basan concretamente en unos hechos que sucedieron en abril de 2004, en los que militares españoles aplicaron técnicas ‘límite’ de interrogatorio a un grupo de milicianos detenidos tras sufrir una emboscada.

El domingo 26 de abril de 2004, una patrulla de legionarios perteneciente a la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII (con base en Viator, Almería) fue emboscada por un grupo de insurgentes iraquíes en las inmediaciones de la ciudad de Diwaniya.

Tras un largo y duro enfrentamiento armado, murieron once combatientes islamistas y siete de ellos fueron detenidos y trasladados a ‘Base España’. Los cadáveres de insurgentes también fueron transportados a la base.

Los interrogatorios

En ‘Base España’, los capturados fueron curados de sus heridas y recluidos en celdas. El procedimiento en estos casos de las fuerzas españolas, tal y como explican las fuentes militares a El Confidencial Digital, tenía que ser esperar a que los estadounidenses acudieran a la base a recoger a los presos. A partir de ahí, “pasarían a ser su responsabilidad”.

Las entradas y salidas de detenidos “quedaban apuntadas en el registro de los calabozos” que había en ‘Base España’ (Diwaniya).

Sin embargo, en aquella ocasión fue distinto. Tal y como cuentan estas fuentes, los militares norteamericanos se demoraron unos días, “entre tres y cuatro” aseguran.

Los oficiales de inteligencia españoles interrogaron a algunos detenidos para obtener información sobre futuras emboscadas o planes para atacar la base española, que en aquellos días recibía todas las noches, sin excepción, un intenso fuego de mortero. Confesaron, por ejemplo, que planeaban “envenenar el agua de la base”.

Capuchas, jeringuillas con suero, ‘heavy metal’

Los interrogatorios irregulares que se produjeron esos días son los que los investigadores centran como posible origen de las imágenes publicadas por El País.

Tal y como ha sabido El Confidencial Digital de las fuentes de inteligencia militar, las técnicas que se les aplicaron a aquellos siete detenidos consistieron en la colocación de capuchas para la desorientación, utilización de jeringuillas con suero que se introducían en la nariz de los presos y causaban dolor –pero “no daño físico”-, y largas sesiones de aislamiento con músicaHeavy Metal y Nu-metal” a todo volumen.

Lo que sucedió en aquellos interrogatorios quedó registrado en los diarios del personal de inteligencia destinado en la base. Esos documentos, según cuentan a ECD dichas fuentes, quedaron archivados junto al resto de las diligencias abiertas durante la estancia de España en Irak.

Incluso hubo “llamadas de atención en la base a aquellos que se propasaron, pero nunca hubo constancia de agresiones físicas como las del vídeo”. Se buscaba básicamente “infundir miedo y presión emocional a los detenidos, no daño físico” aseguran.

Los militares españoles dijeron haber obtenido información para aplicar estas ‘técnicas límite’ a partir de los denominados Procedimientos Operativos Habituales (SOP en inglés) y de los manuales de interrogatorio utilizados por Estados Unidos prisiones como Abu Ghraib (Irak).

Unas semanas “muy difíciles”

Las fuentes consultadas recuerdan que, tras el ataque a las tropas españolas en Nayaf, donde tuvieron que superar un cerco de casi un millar de insurgentes -el 4 de abril de 2004-, “los ánimos estaban muy encendidos entre los nuestros –en referencia a los soldados españoles-“.

El desarrollo de los enfrentamientos en Nayaf puso de manifiesto que “las ‘caveats’ –las restricciones operativas- impuestas políticamente al contingente español “hacían imposible combatir a aquel enemigo, provocando una gran impotencia a los militares españoles”.

“Aquellas fueron unas semanas muy duras. A la ofensiva de los insurgentes iraquíes hay que sumarle el peso psicológico que supuso para el contingente español los ataques terroristas de Madrid”, indican fuentes militares consultadas, en referencia al atentado del 11 de marzo de 2004. Tras los atentados, el clima en la base se encendió extraordinariamente.

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