La Caixa no prescindirá de la infanta Cristina
La hermana del rey no ha sido acusada por delitos relacionados con su actividad en la Obra Social. Es la directora del área internacional de la Fundación
Cristina de Borbón, hermana del rey Felipe VI, será finalmente juzgada como cooperadora de dos delitos contra la Hacienda Pública supuestamente cometidos por su esposo, Iñaki Urdangarin. Ocupará, a partir del 9 de febrero, la silla número 18 en el banquillo de los acusados. Pero su trabajo en la Fundación La Caixa no corre peligro.
La Audiencia de Palma decidió el pasado viernes mantener a la infanta como acusada en el caso Nóos tras rechazar la aplicación de la llamada “doctrina Botín” del Tribunal Supremo, que impide juzgar a alguien por delito fiscal si solo actúa una acusación popular.
Ahora mismo, doña Cristina es la directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa, y en razón de su cargo está pendiente de numerosos proyectos. Su equipo de trabajo se encuentra en Barcelona, donde mantiene sus reuniones, tanto de alto como de bajo perfil. La hermana del rey prefiere participar en ellas de manera presencial.
Desde julio de 2013, reside en Ginebra dónde tiene la misión de gestionar y coordinar los programas impulsados por la Obra Social “la Caixa” con las diversas agencias de las Naciones Unidas que tienen su sede en la ciudad suiza (OMS, ACNUR, UNICEF, entre otras).
Daño reputacional
La cúpula de CaixaBank es consciente de que el vínculo con Cristina de Borbón,que ocupa un cargo de responsabilidad internacional en Ginebra, le está costando un “daño reputacional”.
Es decir, que una persona que va a ser juzgada ya en las próximas semanas por dos delitos fiscales que ocupa un puesto directivo en La Caixa provoca un desprestigio inherente.
Sin embargo, la entidad que preside Isidro Fainé ha apostado por no desprenderse de sus servicios.
En ámbitos del banco se explica que los delitos por los que se va a juzgar a la infanta nada tienen que ver con la actividad que desempeña en la Obra Social. Y esa es la razón principal por la que su cese no se encuentra encima de la mesa.
El juicio por el caso Nóos está previsto que tenga una duración de unos seis meses. Se puede alargar algo más, pero lo más probable es que en junio haya finalizado el proceso. La sentencia, no obstante, puede pronunciarse hasta un año más tarde.
