Conthe prepara una revolución en la CNMV para aumentar su transparencia pero encuentra resistencia en la propia estructura interna

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) llegó al cargo de la mano del ministro de Economía, Pedro Solbes, pero ha demostrado tener criterios propios. Como esta “cruzada” personal, llamada transparencia, que acaba de emprender. El enemigo lo tiene dentro.

Manuel Conthe ha decidido dar un aire fresco a la CNMV, quiere relanzar la institución y, sobre todo, adaptarla a los nuevos tiempos. Algunos lo tachan ya como de “pequeño revolucionario” pero él está convencido de que hoy su función debe ser esa. Y lo hace basándose en un discurso que es el siguiente.   Según ha podido escuchar El Confidencial Digital, Conthe parte del hecho de que si la CNMV nació de manera majestuosa, con pompa y boato, con la misión casi exclusiva de salvaguardar y proteger a la Bolsa española de los posibles males que pudieran sobrevenirle, eso no tiene más razón de ser. El organismo debe ser ahora, dice Conthe, el guardián de los minoritarios. Y la mejor forma de ayudarles es facilitarles cuanta más información, mejor.   En este terreno, los modos de proceder del Banco de España y la CNMV deben ser completamente opuestos, a juicio de Conthe. La institución que ahora dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez debe garantizar la solvencia del sistema financiero. De ahí que sus movimientos deban ser discretos e incluso, secretos. Sin embargo, explica, la CNMV no tiene ese cometido. Su papel es defender al minoritario frente al poder establecido. Esto le obliga a transferir información al mercado para que estos dispongan de cuanta más información, mejor.   Por eso, el máximo responsable de la comisión quiere implantar una mayor transparencia en todas las resoluciones que elabore la entidad y en todos los procedimientos organizativos internos. Ahora, por ejemplo, no se suele anunciar cuándo tienen lugar los consejos de administración de la CNMV. Dentro de la propia entidad, hay quien argumenta que eso podría entenderse como facilitar información privilegiada al mercado, que podría moverse entonces atendiendo a esos datos. Conthe no piensa así. Y utiliza el siguiente paralelismo: “todo el mundo sabe cuándo se reúnen los consejos de ministros y eso no privilegia a nadie”.   Como se ve, no todo el mundo piensa como Conthe en la CNMV. De ahí que el principal problema que está encontrando su presidente tenga mucho que ver con los atavismos con que cuenta la propia estructura interna de la CNMV.

 

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