Ejecutivos españoles se embarcan en un curioso crucero de formación por el Mediterráneo, sin teléfonos móviles ni agendas

La iniciativa tiene nombre propio: el programa “Training a board”. Se trata de una propuesta de formación para empresarios y directivos de Pymes a bordo de un crucero, sin teléfonos móviles ni agendas. Cuatro días de descanso no exentos de formación adicional sobre las últimas novedades tecnológicas y los nuevos conceptos de gestión de recursos humanos para algo más de un centenar de trabajadores.

La iniciativa tiene nombre propio: el programa “Training a board”. Se trata de una propuesta de formación para empresarios y directivos de Pymes a bordo de un crucero, sin teléfonos móviles ni agendas. Cuatro días de descanso no exentos de formación adicional sobre las últimas novedades tecnológicas y los nuevos conceptos de gestión de recursos humanos para algo más de un centenar de trabajadores.

La organización empresarial de las regiones del Penedés y del Garraf (ADEG), ha convocado a algo más de un centenar de los ejecutivos que la componen para una nueva forma de aprender. Esta vez, a bordo de un crucero de la “Royal Caribbean” que comenzó el pasado 12 de mayo y concluyó tres días después. El uso de móviles y agendas de cualquier tipo, quedaron prohibidas durante el periplo Barcelona - Ajacció (Córcega) - Palma de Mallorca – Barcelona.

El propósito por tanto era descansar, aunque los organizadores habían previsto para los participantes una serie de sesiones formativas o de “puesta a punto” acerca del uso de las nuevas tecnologías y la gestión de recursos humanos ante las nuevas formas conceptuales del “manejo de personas”.

El plan de formación estuvo compuesto por tres sesiones teóricas y una práctica de dinámica de grupo. A sesión por día.

“¿Qué tempos de hacer para vender más”, “Las tecnologías de la información. Cómo implantarlas adecuadamente para ser eficaces” y el tema “Imagen corporativa; la imagen de la empresa” fueron los títulos de las conferencias impartidas. La dinámica de grupo se trata de un “castillo humano” que pretendía alcanzar la altura de cinco pisos –según había previsto la organización - entre los participantes y sus acompañantes.

La aplicación metodológica de este curioso “outdoor” tiene aplicación directa en la asunción de roles, la dinámica de grupos, la capacidad de liderazgo y el trabajo en equipo. Desconocemos si, finalmente, se pudo llevar a cabo.

 

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