El rescate de España ya tiene fecha: el Gobierno lo pedirá en enero. Rajoy se niega a pedirlo en diciembre y febrero es tarde por las elecciones de Merkel en Alemania

El Gobierno maneja finalmente la fecha del mes de enero para pedir el rescate a la Unión Europea. Rajoy se niega en redondo a solicitarlo de aquí a final de año, pero al mismo tiempo sabe que febrero puede ser ya imposible por la fuerte oposición que puede encontrar entonces en Angela Merkel, a las puertas de unas elecciones en Alemania.

El primer dato es que, Mariano Rajoy es consciente de que España no puede financiarse mucho más tiempo al 6%, como ocurre ahora, y así se lo ha transmitido a su equipo económico de máxima confianza, según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes del Gobierno.

Esas fuentes destacan que el presidente empieza a asumir que el rescate del país, es decir, una intervención del BCE a través de la compra de deuda soberana española en el mercado secundario, parece cada vez más “inevitable”.

Sin embargo, Rajoy está midiendo los tiempos al milímetro.

Alejar la renegociación de las generales de 2015

El plan que activará Mario Draghi, cuando España solicite formalmente el rescate, contempla sobre todo la adquisición de bonos españoles con vencimientos de tres años.

En ese escenario, el Gobierno tendría que hacer frente a esos vencimientos de deuda precisamente en las semanas previas a las elecciones generales de 2015. Y la negociación de nuevas condiciones con el BCE vendrían acompañadas, con toda seguridad, de más ajustes, lo que pondría en serios apuros al Ejecutivo de Rajoy en plena campaña electoral.

Por ello, tal y cómo se contó en estas páginas, la consigna en Moncloa es clara: hay que esperar todavía unas semanas más para que esa renegociación con el BCE sobre la deuda española a tres años se produzca, en todo caso, pasadas las generales de 2015. Esa circunstancia aconseja, por tanto, que cualquier petición de rescate se aleje lo máximo posible de este mes de noviembre.

Rajoy ha descartado el rescate este año

Según las fuentes del Ejecutivo a las que ha tenido acceso ECD, Moncloa trabaja, en este momento, con la hipótesis de no pedir el rescate en 2012. El mensaje que Rajoy ha transmitido a su equipo económico es que la ayuda, en todo caso, no se pedirá en lo que queda de año.

 

En el entorno del presidente se argumenta, para descartar el rescate hasta este diciembre, que:

1) las subastas del Tesoro han cubierto ya casi la totalidad de las necesidades de financiación de la Administración para todo 2012;

2) la prima de riesgo, pese a rondar los 450 puntos, está mucho más baja que en verano y parece controlada, precisamente, por la existencia de ese mecanismo anunciado por el BCE que funciona como un freno.

En febrero puede ser ya demasiado tarde

La fecha de enero para solicitar el rescate no es casual. El Gobierno es consciente de que a España se le acaba el tiempo y de que las posibilidades de pedir la ayuda se pueden estar estrechando.

Se tiene la convicción de que Angela Merkel, tras las elecciones regionales en Baja Sajonia y Baviera el próximo mes de enero, comenzará a primar ya los intereses alemanes por encima de la defensa de Europa.

Esos comicios de enero representan en Alemania el pistoletazo de salida a la campaña de las elecciones generales de octubre de 2013. Y en ese terreno a España se le podrían cerrar ya todas las puertas para acceder a la ayuda europea, al menos hasta después de la contienda electoral alemana de otoño.

Un plazo en el que España no podría aguantar con unos niveles de financiación que no se bajan del 6%. Necesita, por tanto, una solución mucho más urgente, según el consenso de varios analistas consultados por ECD.

“España está acorralada por los mercados”

En el Ejecutivo también se admite en privado que “España está acorralada ahora mismo por los mercados”.

Explican que la mera sospecha de que España no va a pedir en ningún caso el rescate esta aumentando la presión sobre la deuda española. “Si se dijera que se descarta totalmente, los mercados se lanzarían contra España”, apuntan.

De hecho, la presión bajó hace unas semanas, con la prima de riesgo situada en el entorno de los 360 puntos, cuando el mercado dio por hecho que el rescate era inminente.

Pero, de la misma manera, la prima de riesgo ha vuelto a subir estos días –ayer cerró en los 460 puntos y el interés exigido al bono a diez años rozó de nuevo el 6%, en cuanto los inversores comenzaron a intuir la mínima pista de que la perspectiva del rescate se aleja.

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