Argumentan que ellos son empresarios y no políticos

Isidro Fainé y Josep Oliu responden ‘no’ a la propuesta de ser la cabeza del anti independentismo

Jorge Moragas les viene insistiendo desde Moncloa para que se pronuncien en público contra el desafío soberanista de Artur Mas

Artur Mas junto a Isidro Fainé.
Artur Mas junto a Isidro Fainé.

El Gobierno persigue que los empresarios más sobresalientes de Cataluña se posicionen con toda claridad y públicamente contra el desafío secesionista de Artur Mas. Jorge Moragas pilota los contactos con estos altos ejecutivos para convencerles de que den la cara. Algunos, como Fainé y Oliu, no están dispuestos a asumir los riesgos que supondría para sus empresas ese movimiento.

Tal y cómo contó ECD hace unas semanas, el jefe de gabinete de Rajoy, por su condición también de catalán, lleva meses liderando los contactos del Gobierno con políticos y directivos en Cataluña para intentar articular un frente contrario al proyecto independentista de Artur Mas.

Fuentes con acceso al Palacio de La Moncloa confirman a El Confidencial Digital que el principal asesor del presidente desarrolla una intensa agenda de contactos, que incluye entrevistas privadas con los empresarios catalanes más influyentes y con colaboradores directos de Artur Mas.

En ese listado, aparecen los nombres de Javier Godó, presidente del Grupo Godó; Isidro Fainé, presidente de CaixaBank; Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell; Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España; José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta; y Joan Rosell, presidente de la CEOE, entre otros.

Contactos discretos en La Moncloa y por teléfono

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que, con algunos de ellos, Jorge Moragas mantiene contactos frecuentes vía telefónica; y con otros, conversa directamente en reuniones discretas mantenidas en el propio Palacio de la Moncloa.

La mayoría de estos cónclaves en el complejo presidencial no han trascendido, “para evitar que los empresarios sufran campañas de acoso y boicot por parte de los sectores más independentistas de Cataluña”, explican las fuentes.

En esos encuentros y conversaciones, el jefe de gabinete de Mariano Rajoy pide a los altos ejecutivos catalanes que, en la medida de lo posible, se ‘mojen’ claramente contra del proceso soberanista de Artur Mas y que sean la cabeza visible del anti independentismo.

En concreto, les solicita que realicen comparecencias públicas censurando el proyecto impulsado por la Generalitat. Considera Moragas que la posición que están adoptando  los empresarios es hasta ahora “demasiado tibia”.

Nosotros no tenemos que hacer de políticos

Sin embargo, algunos de los altos ejecutivos más importantes de Cataluña, como es el caso de Isidro Fainé (Caixabank) y Josep Oliu (Banco Sabadell), no están por la labor de asumir el timón del frente anti independentista, por las consecuencias que pudiera tener para su negocio dentro y fuera de Cataluña.

Se sienten, por tanto, especialmente incómodos cuando deben hablar sobre la consulta, y les irrita que desde el Gobierno se les inste a frenar a Mas.

 

Defienden que tiene que ser el presidente del Gobierno quien mueva ficha, y no los empresarios. “El rol del empresario es estar en su negocio, no hacer de político. La solución deben encontrarla Mas y Rajoy.”, critica un alto directivo catalán que comparte y comprende la postura de Fainé y Oliu.

“Si no hablan el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, si llevan más de un año diciendo que están esperando que el uno llame al otro, ¿que quieren que hagamos los empresarios?”, se queja otro ejecutivo de Barcelona.

Solo se han posicionado en contra Lara y Bonet

Solo alguna de las gestiones iniciadas por Moragas han dado fruto. Ha conseguido, hasta el momento, que dos empresarios catalanes de alto nivel alcen la voz en contra de la independencia: el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, y el de Freixenet, José Luis Bonet.

Desde que comenzó la deriva independentista en Cataluña, Isidro Fainé, presidente de Caixabank, se ha mostrado muy prudente en este asunto. Aunque sí ha lanzado, en alguna ocasión, el mensaje de que “mejor juntos que separados”.

Mientras, el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, se ha limitado a declarar públicamente que “es necesario que los políticos sepan mantener el marco de convivencia aceptado por todos dentro del marco legal que tenemos”.

Los empresarios se mueven en la sombra

Aunque no lo dicen públicamente, las grandes empresas y el mundo financiero catalán son los principales defensores de la llamada ‘tercera vía’, una solución pactada que modifique el encaje de Cataluña en España y evite el avance de las posiciones secesionistas.

Han intensificado los contactos con políticos y empresarios madrileños cercanos al presidente, e incluso han remitido a La Moncloa documentos con propuestas para tratar de desbloquear las relaciones entre los Ejecutivos de Madrid y Barcelona, según publicó esta semana el diario El País.

En esos informes remitidos a Presidencia proponen, en concreto, un gran acuerdo con cuatro pilares: el reconocimiento de Cataluña como nación, lo que exigiría una reforma constitucional; plenas competencias en lengua y cultura; un pacto fiscal para que Cataluña recaude y gestione todos los tributos mediante una Agencia Tributaria propia; y plena capacidad para la organización local.

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