Pánico en el Gobierno a que se frene la salida de la crisis

Merkel se alía con Holanda y Austria para que el BCE castigue a España por la deuda

Presionan a Mario Draghi para que no combata la deflación en la eurozona. Se niegan a perder dinero con los impagos que tienen con ellos el Estado y las empresas españolas

Mariano Rajoy y Angela Merkel.
Mariano Rajoy y Angela Merkel.

Christine Lagarde (FMI), Olli Rehn, Joaquín Almunia... se han mostrado ya favorables a que el Banco Central Europeo tome medidas para luchar contra la deflación en la eurozona. Pero sigue sin mover ficha. Y es que el principal bloqueo con el que se encuentra ahora mismo Draghi es un frente liderado por Alemania, Holanda y Austria.

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes comunitarias de alto nivel, los tres países han formado un frente común para que el dinero que han prestado en los últimos años a países como España no les genere ahora considerables pérdidas.

No quieren, en concreto, una inflación mayor en los Estados cuyo Gobierno y empresas tienen deudas con ellos porque la devolución de esos préstamos perdería un importante valor en ese escenario.

Por ello, según las fuentes consultadas, Alemania, Holanda y Austria están haciendo 'lobby' en Frankfurt para que el BCE se mantenga inmóvil y no tome medidas contra la deflación en la eurozona.

Esta situación, explican, ha dejado fuera de juego a Draghi. Pero sobre todo tras el parapeto que le proporciona Alemania, que no solo está cómoda con la situación actual sino que incluso, en documentos internos, aboga por una subida de los tipos de interés.

Se pone en riesgo la recuperación

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD alertan que España carece de soberanía monetaria y, por tanto, no tiene los instrumentos para combatir un escenario de deflación.

Si esto sucede, la incipiente recuperación de la economía se verá abortada y existe el peligro de entrar en una dinámica deuda-deflación de consecuencias demoledoras.

Máxima inquietud en el Gobierno

Esta deriva deflacionista de la economía europea inquieta enormemente en los despachos del ministerio de Economía. Luis de Guindos es consciente de que este escenario tiene todos los ingredientes para constituir un obstáculo importante para consolidar la salida de la crisis en España.

 

Cuando bajan los precios, las empresas ven reducidos también sus márgenes, lo que implica que a medio plazo pueden presentar problemas en sus cuentas.

Además, hace que tengan problemas para devolver las deudas, y como los costes laborales se mantienen estables, puede implicar reestructuraciones y reducciones de plantilla.

Esto conlleva un incremento de la tasa de paro, más retracción del consumo y, por tanto, nuevas reducciones de precios.

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