Rajoy no quiso acudir a la cumbre de Davos y envió a De Guindos para no caer en los errores de Zapatero. La intervención del ex presidente en 2010 desató los ataques especulativos contra España

Mariano Rajoy prefirió que fuese el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien representara al Gobierno en el foro económico de Davos, que reúne a los principales líderes empresariales del mundo. Tuvo muy presente los errores que cometió Zapatero en esta trascendental cita económica y no quiso caer en la misma trampa.

El presidente del Gobierno apostó por el ministro De Guindos para representar al Ejecutivo español en Davos, donde tuvo oportunidad de coincidir con otros líderes como la canciller Angela Merkel o David Cameron.

Sin embargo, a directivos presentes en el Foro Económico Mundial no se les pasó por alto la ausencia de Mariano Rajoy. Nunca ha asistido a esta importante cita en Suiza. El año pasado, tan solo un mes después de asumir el cargo, también fue el titular de Economía, quien participó en este foro.

Aunque es cierto que el encuentro de Davos coincidía con la cumbre UE-América Latina y Caribe, que se celebró el pasado fin de semana en Santiago de Chile, hay otros motivos que justifican la no presencia del presidente del Gobierno. Otros líderes, como la propia Merkel, sí asistieron a ambas citas.

Pues bien. Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes conocedoras del desarrollo de la cumbre de Davos, Rajoy no quiso arriesgarse a repetir los mismos errores que cometió Zapatero en 2010.

Zapatero no sabía inglés en Davos

Aquella ocasión era la primera vez que Zapatero participaba en este encuentro, después de haber declinado todas las invitaciones en sus seis anteriores años de Gobierno.

Hay que recordar que el ex presidente provocó un inusual retraso de diez minutos en el Foro Económico Mundial –los debates en Davos comienzan siempre con estricta puntualidad-, al ser el único interviniente de su mesa redonda que no hablaba inglés, uno de los puntos débiles todavía también de Mariano Rajoy.

Rodríguez Zapatero compartía debate con el entonces primer ministro griego, Giorgos Papandreo, y el ex presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet.

El ex jefe del Ejecutivo tuvo que pedir unos auriculares que no funcionaron a la primera, y el moderador se vio obligado a reclamar la presencia de una intérprete para que tradujera el debate a Zapatero y las palabras de éste en castellano al resto del auditorio.

 

Comenzaron los ataques contra España

Las fuentes que conocen los entresijos de este encuentro, a las que ha tenido acceso ECD, explican que Rajoy también tuvo presente que, además de sus dificultades para manejarse en inglés, desde aquella intervención de Zapatero se desataron los ataques especulativos contra España.

Rodríguez Zapatero pidió “fe en la economía española” en su intervención en el Foro Económico Mundial. “Somos un país serio y vamos a cumplir el Pacto de Estabilidad”. También resaltó la fortaleza del sistema financiero español. “Somos de los pocos países en los que no ha quebrado ningún banco”, destacó. Unos argumentos que no convencieron a los gurús de Davos, sino todo lo contrario, y unas declaraciones por las que le llovieron duras críticas.

Pocos días después, algunos expertos y líderes empresariales ya comenzaron a afirmar que España es “una amenaza para la Eurozona”, preveían una ruptura en la zona euro y la salida de algunos países.

La “buena imagen” de Luis de Guindos

Ante esta situación, según las fuentes consultadas, Rajoy decidió que la mejor opción era apostar por Luis de Guindos. El ministro consiguió el año pasado, con su participación en el Foro de Davos, que empezara a cambiar la percepción sobre el Gobierno español, según directivos presentes en el Foro Económico Mundial.

Aunque el sentimiento respecto a la marca España continuaba y sigue siendo negativo, De Guindos dio “muy buena imagen”.

Estos mismos directivos contaron en su día a ECD que Luis de Guindos actuó sin complejos. Así, entre sus homólogos alemán (Wolfgang Schäuble) y francés (François Baroin) argumentó, en un debate que se desarrolló íntegramente en inglés, que Alemania y Francia rompieron en 2003 su compromiso con la austeridad.

En esta edición, De Guindos consideró que la inyección de liquidez “no es la cura final” a los problemas actuales que atraviesa la eurozona. También hizo hincapié en que es fundamental evitar los altos déficit públicos y los elevados niveles de deuda.

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